El Gobierno da a la alianza con los nacionalistas una relavancia similar a la transición política de 1977

El Gobierno aseguró ayer que el pacto con los nacionalistas tiene la "misma relevancia que el gran proyecto de la transición democrática". Esta declaración, realizada al finalizar el Consejo de Ministros, respondía a la euforia gubernamental momentos después de que el Ejecutivo consiguiera la aprobación de los Presupuestos con el respaldo de los tres grupos nacionalistas: Convergència i Unió (CiU), PNV y Coalición Canaria (CC).La autoría de la declaración tuvo su relevancia política. No fue el portavoz habitual del Consejo de Ministros, Miguel Ángel Rodríguez, sino el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, interlocutor del PNV. Además de la buena imagen, Mayor, con su declaración de rango histórico, situaba en segundo plano los acontecimientos del País Vasco relacionados con la violencia etarra.

Mayor Oreja aprovechó el broche del respaldo nacionalista a los Presupuestos para hacer un balance elogioso de su relación con el Gobierno durante estos seis meses. No dudó en considerar que se había avanzado en el acuerdo entre ambas partes y lo calificó de "auténtico, profundo y riguroso". Es más. Dio relevancia histórica a la alianza del centro-derecha con los nacionalismos históricos y la situó al nivel de la reforma política. Luego matizó al señalar que las circunstancias políticas de 1977 eran distintas a 1996, pero mantuvo su importancia política.

Restó importancia a los conflictos cotidianos del Gobierno con CiU o el PNV. Y siguió con el símil de la reforma política. "El proyecto de reforma política tuvo muchas dificultades día a día, pero hoy nadie duda de su importancia histórica".

Mayor Oreja no quiso pronunciarse sobre si el Ejecutivo pretende a medio o largo plazo una coalición de gobierno con los nacionalistas. Manifestó que la fórmula, sea un pacto de legislatura o una alianza gubernamental, no es lo más importante. Subrayó la "autenticidad" del esfuerzo por "desarrollar un proyecto conjunto", al que calificó de "inédito". Con ese discurso hizo una referencia al cumplimiento de los pactos de abril, subrayado ayer por parte nacionalista con el respaldo a los presupuestos y semanas antes por el Gobierno con su apoyo al modelo de financiación autonómica y al Concierto Económico vasco.

El ministro del Interior valoró también, con la experiencia de estos meses, que el desarrollo de los pactos va a obligar al Gobierno a preocuparse más por la imagen de los nacionalistas y viceversa. Con ello, Mayor Oreja hacía una vez más de la necesidad virtud, al reconocer con ello su preocupación por la imagen reivindicativa que han dado los nacionalistas durante las últimas semanas.

El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, redondeó la intervención del ministro al manifestar que el Gobierno tiene asegurada su estabilidad por el apoyo nacionalista y acusó a los socialistas de intentar desestabilizar este apoyo. También insistió en la mejoría de los datos económicos.

El vicepresidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, del PNV, fue menos eufórico. En unas declaraciones a EL PAÍS manifestó que "no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo" en referencia a que aún están pendientes de acordar los números del cupo, aunque la filosofía esté pactada. También recordó que la "estrategia conjunto se hace día a día" y "no sobre proyectos filosóficos".