El riesgo asumido

Holy Barbarians

Ian Atsbury (voz, guitarra), Patrick Sugg (guitarra), Matt Garret (bajo), Scott Garret (batería). Sala Canciller.

Entrada: 250 espectadores. Precio: 2.300 pesetas. Madrid.

Los numerosos seguidores que The Cult dejó entre la afición no debieron sentirse aludidos por la convocatoria de su vocalista, ahora al frente de banda propia. El nombre de Ian Atsbury fue destacado ampliamente en la promoción, pero ni así se atrajo a la anterior clientela. En la apertura, el grupo catalán Deneb presentó con dignidad su elogiable segundo álbum, No pueden ser pocas luces.

Bien es cierto que Holy Barbarians, el vehículo de Atsbury para la nueva etapa, ha elegido el camino difícil. La nueva música del ahora rapado cantante en Cream requiere atención. En el principio del concierto hubo frialdad arriba y abajo del escenario. Pero ahí está la magnífica voz de este tipo extravagante, que fue levantando los ánimos de banda y asistentes hasta completar un concierto corto aunque airoso. Si el repertorio se antoja escaso es porque existe firme decisión de no recalar en exceso en el pasado: de aquella cambiante banda británica sólo se escucharon Witch y la guinda final de Wildflower, cruda pieza de hard rock. Es de pronóstico más que incierto que Holy Barbarians emule las hazañas comerciales de The Cult. Mas Atsbury parece consciente de haber empezado casi de cero y asume las actuaciones ante audiencias minoritarias. Es extraño este lan pero no se puede dudar de dos de sus cualidades: la personal manera de interpretar y la capacidad para el riesgo.