Programa maltrecho

Las dificultades del maltrecho programa espacial ruso, víctima de drásticas reducciones presupuestarias y desbarajustes de todo el complejo científico-industrial del sector, ha sufrido un duro golpe con la pérdida de la Mars 96. La nave tenía que haber partido hace dos años y llegó por fin a la base de lanzamiento sólo gracias a las fuertes presiones de los socios internacionales del programa. Los analistas consideran que dada la situación económica y política del país, Rusia no podrá rehacer la misión ni emprender otra similar en los próximos años.De las 6,5 toneladas de peso total de la Mars 96, 1,1 toneladas eran equipos científicos en cuyo desarrollo y construcción habían participado casi todos los países europeos y Estados Unidos. Sólo la contribución de Alemania y Francia supone unos 15.000 millones de pesetas.

Al llegar al planeta vecino, la Mars 96 (de 1,5 metros de longitud, otro tanto de ancho y tres metros de altura) iba a descomponerse en un módulo que se quedaría en órbita y cuatro dispositivos de descenso: dos de ellos eran unos perforadores que se clavarían en la superficie del planeta rojo penetrando unos seis metros para tomar datos del suelo; los otros dos artefactos eran estaciones meteorológicas. El módulo orbital, previsto para funcionar durante un año marciano (688 días terrestres) haría una cartografía del planeta rojo y estudiaría sus campos magnéticos y su atmósfera; además durante el viaje, la sonda analizaría el medio interplanetario.

Marte ha acumulado una larga lista de misiones fallidas desde que, en 1960, estadounidenses y soviéticos empezaron a enviar naves espaciales allí: de las 26 misiones emprendidas, 18 acabaron en fracaso total o parcial.

El prestigio del programa espacial ruso ha sufrido un grave revés con el fracaso de la Mars 96, una misión con la que podían haberse quitado el mal sabor de boca que les dejó, en 1988, la: pérdida de las dos naves Phobos que se dirigían a explorar el satélite marciano del mismo nombre.