El Insalud toma medidas de choque ante el colapso de las urgencias
Ochenta y nueve camas adicionales en hospitales de apoyo, suspensión momentánea del plan que desde septiembre se aplica a las listas de espera y acelerar las altas de los enfermos que ya no requieran asistencia. El Insalud ha decidido adoptar estas medidas de choque para agilizar los servicios de urgencia de los grandes hospitales de Madrid, colapsados esta semana por el gran número de enfermos debido al brusco cambio de temperatura. "Este fin de semana la situación se normalizará", aseguró ayer Albino Navarro, director provincial del Insalud. "Me han meado encima, me han pegado... de todo. Pero no puedo quejarme. En el fondo entiendo que un hombre me dé un puñetazo en la cara porque su madre lleva una hora suplicando un calmante y nadie se lo da". Hablar con los trabajadores de urgencias de los hospitales de Madrid es escuchar un rosario de horrores. Auxiliares, enfermeros y algunos, médicos de distintos centros, que nunca quieren identificarse y que en su mayoría no están organizados -"es más fácil pedir el traslado de planta y olvidarse del tema", dicen-, coinciden en la pesadilla que cada otoño viven las urgencias de Madrid.Estos servicios están registrando desde principios de noviembre las mayores aglomeraciones del año. Un mal endémico que se repite cada temporada. Curiosamente, un 60% de los ciudadanos que asisten a urgencias (una media de 400 diarios en cada gran hospital: Clínico, Ramón y Cajal, Doce de Octubre, Gregorio Marañón y Severo Ochoa) ni siquiera necesita asistencia y sólo una media del 15% es finalmente ingresada. "Pero tenemos que atender a todos", afirmó ayer Albino Navarro, que sugirió: "Los ciudadanos tienen que acudir más a los centros de salud de los barrios. Funcionan las 24 horas. Llamando al 061 indican cuál está más cerca de su casa".
Para el Sindicato de Auxiliares (SAE) y el de Enfermería (SATSE) los problemas en urgencias son, sin embargo, constantes. Según un trabajador del Ramón y Cajal, "esto no es algo tan excepcional. Con el frío empeora, pero es el pan de cada día". "Y eso que no ha empezado la gripe", señaló alarmado un portavoz del SATSE.
"Habitualmente se trabaja al 100%, pero en esta época del año se llega al 150%", continuó el portavoz de otro sindicato, el SAE. Llegar al 150% significa, en hospitales como el Gregorio Marañón, pasillos en los que hay que sortear las camillas, habitaciones de dos ocupadas por cinco personas, enfermos que se quedan durante días en urgencias porque no hay sitio en ninguna planta, otros que no pueden lavarse -"tal y como estamos hay cosas más urgentes que limpiar el pis a un enfermo"-, o que vomitan en los pasillos, algunos que pueden tocar a su vecino de camilla (el biombo es un lujo) y enfermos que se quejan a gritos.
Los insultos de los familiares es, de todo, lo menos grave. "¡Qué vas a decir si tienen razón!", afirmó una enfermera.
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Calvos en urgencias
Las urgencias del psiquiátrico de Leganés soportan una situación dramática, según CC OO
En un informe remitido a la Consejería de Sanidad, CC OO denuncia que la situación es insostenible y caótica. El sindicato habla de pacientes que duermen e n sillones, baños que carecen de agua caliente, de pacientes que se fugan y vuelven al centro con alcohol y drogas.Sin embargo, su mayor preocupación son las agresiones, que se producen con cierta regularidad y que afectan tanto a enfermos como a los profesionales. "No hablamos de amenazas (...) sino de agresiones, sin olvidar las intimidaciones y robos varios", añade el informe. Hace unos meses dos enfermos agredieron a uno de los facultativos, que sufrió un desprendimiento de retina.
El doctor Desviat niega que las urgencias hayan tenido un funcionamiento caótico o carencia de limpieza, pero admite que se han producido agresiones. Asegura que se ha modificado el comportamiento del paciente psiquiátrico tipo, que es ahora mucho más joven y con comportamientos más alterados, fruto de la misma violencia que se respira en la sociedad. El lunes ha decidido reunirse con jueces, fiscales y responsables policiales para adoptar medidas de seguridad. El José Germain seguirá atendiendo las urgencias mentales de Leganés, Fuenlabrada, Alcorcón y Navalcarnero, con cerca de 600.000 habitantes.
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