ETA envía otra tanda de cartas a los empresarios y profesionales exigiendo el pago de un chantaje
ETA ha enviado otra remesa de cartas solicitando el llamado impuesto revolucionario a profesionales liberales y pequeños empresarios del País Vasco y Navarra, de los que podría obtener decenas de millones de pesetas. En las cartas, fechadas el pasado octubre, se reclama a cada uno unos seis millones. Interior recomienda a los extorsionados que presenten denuncia y no cedan al chantaje. Es la tercera campaña de este tipo que realiza ETA este año, una de las cuales. coincidió con el secuestro del industrial guipuzcoano José María Aldaya, que permaneció 341 días cautivo.
Las nuevas cartas enviadas por ETA difieren en algunos aspectos de las remitidas con anterioridad, ya que en éstas se incluye una explicación histórica y política sobre la situación de Euskadi y se "ofrece" la posibilidad de realizar los pagos aplazados.
Las cartas, según publicó ayer El Correo, han sido recibidas hasta el momento por medio centenar de profesionales liberales y pequeños empresarios, según Interior. Un portavoz del ministerio pidió ayer a los destinatarios de las cartas que no paguen "ese peaje que reclama ETA y que el intento de extorsión lo pongan en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad del Estado o de la Ertzaintza". ETA asegura a los chantajeados que lucha por la soberanía del pueblo vasco y que para conseguir "la liberación nacional y social de Euskal Herria" es necesaria "una negociación política que supere la actual fase de enfrentamiento y establezca las bases para la reconstrucción nacional de nuestro pueblo".
Las cantidades reclamadas, según la organización terrorista, están destinadas a mantener "el proceso de liberación". Los terroristas exigen al destinatario de las cartas que para hacer efectivo el pago del "impuesto revolucionario" se ponga en contacto con "los medios abertzales habituales", advirtiendo que no deben intentar establecer contactos de tipo. personal o directo con la organización "por razones de seguridad".
Un contacto de este tipo y las denuncias de varios empresarios permitieron a la Ertzaintza, en colaboración con la policía francesa, desarticular hace unos años una de las más importantes redes de cobro del impuesto revolucionario que operaban en Guipúzcoa.
En estas últimas cartas se ofrece a los empresarios la posibilidad de realizar pagos fraccionados en el caso de que tuviesen dificultades económicas. ETA advierte que toda esta operación debe realizarse "con absoluta discreción" y reitera: "De negarse a satisfacer la citada cantidad, filtrar su contenido ante diferentes estamentos corporativos, así como de mediar cualquier tipo de colaboración con los diferentes cuerpos represivos (Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza ... ) en busca de una inútil cobertura, tanto su persona como sus bienes pasarán a ser objetivos de nuestra organización".
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