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Un representante poco convencional de su apellido

El secuestrado es un Delclaux que no encaja en el estereotipo adjudicado convencionalmente a los miembros de las familias de la burguesía industrial y financiera asentadas en el emblemático Neguri. Sus amigos y conocidos hablan de un hombre sencillo, afable, comunicativo, que reúne amistades en ámbitos sociales bien distintos.Todos le recordaban ayer con el semblante risueño, cariñoso y comunicativo. "Es un chico normal", repetían, "un tipo majo que para nada te hace pensar que forme parte de una familia adinerada". Como prueba, sus conocidos apuntaban al hecho de que ninguno de los socios y amigos con los que creó la empresa Integra Multimedia en, Zamudio (Vizcaya) pertenezca a los ambientes de la alta burguesía bilbaína.

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Emprendedor e independiente, el desaparecido se ha mantenido alejado de los negocios familiares y ha buscado su propio futuro a través de la informática. En septiembre último dejó de trabajar en su pequeña empresa para aceptar el empleo de responsable del área de Internet que le ofrecía la firma Eys Consulting, instalada en el mismo edificio del Parque Tecnológico de Zamudio. Conseguida la independencia, económica que buscó con ahínco tras hacer la mili en el Regimiento de Caballería de Cuatro Vientos, Cosme Delclaux había empezado a buscar piso porque quería casarse el próximo verano.

Estudió en los Jesuitas y luego pasó a la Universidad de Deusto, donde acabó Derecho. No ha llegado a ajercer de abogado porque se sintió atraído por el mundo de la informática. Con su pequeña empresa de amigos recién creada, hace tres años impartió seminarios en la Universidad de Navarra sobre las empresas multimedias, el CD-ROM e Internet.

De complexión fuerte, algo grueso, estatura mediana, pelo negro y rizado, Cosme Delclaux es, a decir de sus amigos, un hombre campechano, serio en los tratos, trabajador y muy activo, amigo de los largos paseos por el, monte y cazador ocasional.

Aunque ha seguido relacionándose con sus amigos, muchos de ellos procedentes del mundo universitario, y participaba en las cenas y encuentros periódicos, en los últimos tiempos pasaba la mayor parte de su tiempo libre con su novia, Adriana Aguirre, y mostraba un a mayor querencia por recogerse en casa. Cocinero aficionado, amante del buen comer, es un manitas en la reparación de electrodomésticos y un apasionado de los perros, pasión que su novia alimentó al regalarle un raro ejemplar de perra rhodesiana.

Quienes le conocen bien creen, admitiendo que sólo cabe hacer conjeturas sobre una situación dramática como esta, que el temperamento de Cosme puede ayudarle a sobrellevar el padecimiento del cautiverio. Es una idea a la que sus amigos se aferran con esperanza pero que no deshace el espanto de imaginarse a Cosme Delclaux enterrado en el diminuto agujero que ETA reserva a sus presos.

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