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NEUROCIRUGÍA: NUEVAS TÉCNICAS

Primera operación de cerebro con tomografía de resonancia magnética

Tras la reciente concesión del premio Nobel de medicina a un suizo, la clínica de neurocirugía del Hospital Universitario de Zúrich acaba de apuntarse otro tanto. Desde el pasado 29 de julio, el doctor René Bernays ha llevado a cabo cinco operaciones de cerebro con un nuevo aparato, tomografía de resonancia magnética (IMR), que retransmite la parte afectada en tres dimensiones, según ha anunciado el hospital.Esta técnica, mucho más segura y precisa que las disponible hasta ahora, está especialmente indicada para efectuar biopsias, operaciones de tumores cerebrales de la hipófisis y para el tratamiento de la epilepsia.

Bernays la describe como un "tercer ojo", que permite al cirujano a través de las imágenes en tres dimensiones proyectadas en la pantalla "ver lo que hay detrás de la superficie", evitando así que el bisturí dañe otras partes delicadas del cerebro, como los vasos sanguíneos. Las intervenciones en el cerebro requieren una precisión absoluta. "Cuando se abre el estómago siempre se pueden apartar los intestinos para ver lo que hay detrás", dice el médico, el primero que ha llevado a cabo este tipo de operaciones en el mundo.

Hasta ahora, al paciente se le colocaba una especie de cinta alrededor del cráneo que conectada a un ordenador transmitía la información al médico. El procedimiento requería una exactitud matemática. Un ligerísimo error de cálculo podía errar el punto preciso a donde debía llegar el bisturí y dar al traste con la operación. Otra ventaja del IMR, cuyo prototipo se encuentra en Boston (EE UU) es que va a reducir hasta en un 80% las cuatro o seis horas que el paciente solía pasar en el quirófano.

El IMR de la clínica de neurocirugía de Zúrich, cuya especialización es el desarrollo de técnicas para las intervenciones cerebrales, es el primero instalado en Europa. Próximamente en Noruega, Alemania, Reino Unido e Israel podrán realizarse operaciones con esta técnica que precisa, además, condiciones en el quirófano e instrumentos especiales para poder soportar la altísima carga magnética. Los instrumentos utilizados son de plástico. El coste de este aparato se eleva a 4,5 millones de francos suizos. (más de 450 millones de pesetas), a lo que hay que añadir la construcción del campo metálico especial para su instalación, que alcanza otros 150 millones de pesetas.

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