Muere en París en circunstancias extrañas el bailarín y coreógrafo ruso Eugeni Poliakov
El coreógrafo ruso Eugeni Poliakov (Moscú, 1943), director interino del Ballet de la Ópera de París tras la partida de Rudolf Nureyev, y director de la danza del prestigioso Maggio Musicale Fiorentino por más de diez años, murió anteayer en París en extrañas circunstancias descritas por France Press, como "brutales". El departamento de prensa de la Ópera no ha podido dar detalles del suceso, y se limita a repartir una sucinta biografía del artista que actualmente ostentaba el cargo de Adjunto a la Dirección de la Danza, nombrado por Patrick Dupond en 1990.
Eugeni Poliakov, de 53 años, había abandonado recientemente la dirección del Maggio Musicale Fiorentino tras más de dos lustros al frente del conjunto de ballet de ese ente lírico italiano, cargo que compaginó algún tiempo con diversas funciones dentro de la Ópera de París.Poliakov, valorado en todo el ámbito europeo del ballet por su memoria coréutica y su aplicación en el remontaje de los clásicos, había entrado a los 10 años en la Escuela Coreográfica del Teatro Bolshoi de Moscú donde fue discípulo destacado del legendario pedagogo Alexei lermoláiev. Sus primeros pasos escénicos los dió en Siberia, en la Ópera de Noosivirk como bailarín estrella teniendo entonces ocasión de bailar todo el gran repertorio académico; ya en esa época comenzó a redactar coreografías propias.
Regreso a casa
En 1970, aún en plenas facultades, Poliakov se retira de la escena y vuelve a su casa moscovita, el Bolshoi, como profesor, y hasta 1976 se ocupa de las coreografías de creación para los jóvenes recién graduados de la escuela. Ese mismo año abandona la URSS y se instala en Italia, donde es contratado por La Fenice de Venecia como maitre y coreógrafo y donde crea Francesca de Rimini, que le da una pronta fama. En esta etapa se convierte ya en un reputado montador del clásico romántico Giselle, y elabora versiones para el propio Nureyev, Elizabetta Terabust, Cyril Atanasoff y Patrice Bart. Tras la aventura de crear una compañía propia con el nombre de Viva la Danza, en 1978 la ciudad de Florencia le solicita para director de la Danza del Maggio Musicale y el Teatro Comunale, y en 1983 Nureyev le llama para ocupar el codiciado puesto de maitre principal en la Ópera de París, llegando a quedarse al frente de esa gran compañía de manera interina al salir Nureyev del cargo. En España se vio un trabajo suyo por última vez en el Festival de Otoño de Madrid de 1993: el espectacular montaje de Coppelia, con la compañía florentina y con los imaginativos diseños de escenografía y vestuario del pintor español Sigfrido Martín Begué.Eugeni Poliakov, en el que fuera su último trabajo de importancia, fue el encargado junto a Patrice Bart de la polémica nueva producción de Giselle de la Ópera de París (que se vió en el Auditorio de la Cartuja en la Exposición Universal de Sevilla en 1992), con diseños del pintor bretón Loïc Le Groumellec.
