Seis autores consagrados debutan como escritores de cuentos infantiles
Alfaguay nace con la pretensión de robar horas a la televisión y a los ordenadores
Guillermo Brown se cabreaba cada vez que le regalaban libros por Navidad. Al personaje de Richmal Crompton sólo le gustaban las historias del sanguinario pirata Roberto. Moncho Alpuente, que seguramente también sería adicto al agua, de regaliz como su héroe, ha escrito Operación centollo pensando en los personajes de Crompton y en su propia hija. Con Alpuente debutan como autores infantiles en Alfaguay, una colección dirigida a niños de 9 a 12 años, Rosa Montero, Juan Madrid, Gran Wyoming, Jordi Sierra i Fabra y Javier García Sánchez.
Las barbaridades de Bárbara, la primera obra infantil que narra Rosa Montero, está escrita desde la niña que lleva dentro la periodista. "Me costó mucho llegar hasta la mentalidad inocente y maliciosa de los niños", aseguró ayer la escritora, que describió la obra como "un viaje al interior y al pasado de uno mismo". Las barbaridades de Bárbara presenta las aventuras de una niña dicharachera que en su lógica infantil no entiende el mundo de los adultos. Su autora, sin darse cuenta, ha metido algunas cosas que han salido directamente de su subconsciente, como "poner casi el mismo nombre del dentista que tenía de niña".En el caso de Javier García Sánchez también se produjo ese intento de volver al niño perdido, pero su caso fue más grave porque en el camino descubrió que no tuvo infancia "hiJo único, muy neurótico, muy protegido y sufrido en extrañas colecciones"-. Su problema ahora, una vez acabada la primera entrega de Óscar atleta, una historia sobre cómo se vive el deporte "cuando eres un crío y te pegas el batacazo", es hacer crecer a su personaje, un niño obsesionado por ser el número uno en el deporte, con mesura y que éste descubra el sexo y el amor.
Vuelven los vaqueros
La posición de Montero o García Sánchez es bien distinta a la del Gran Wyoming, que recupera el género del Oeste con Las aventuras de El Mapache. "Yo no he tenido problema para meterme en la mentalidad de los niños, tengo tres hijos y paso más tiempo a cuatro patas que cuando vivía sumido en la lujuria. Sufro, por tanto, permanentemente el egoísmo de los niños".Juan Madrid, que llegó el último a la presentación, entró pidiendo café y acabó con tanto que está encantado con la colección, aunque cuando se lo propusieron su respuesta fue negativa. "Me convenció mi hijo Alex aconsejándome que contara las historias que les contaba a ellos cuando eran pequeños", dijo. En el origen de Los piratas de Ranghum está una novela que Madrid empezó a escribir en un cuaderno de tapas negras cuando tenía 12 años y que no pasó del tercer capítulo. Tras la primera entrega de Los piratas de Ranghum ya trabaja en la siguiente, en la que se encontrará con Sandokan.
Miguel Barrera, director de la colección aclaró que entre los criterios que barajó a la hora de seleccionar las 'obras primó el buscar "personajes fuertemente caracterizados, como los de Guillermo o Celia, que, además, abrieran una saga que permita dar cada cierto tiempo nuevas entregas".
El objetivo de Alfaguay, según Barrera, es tratar de robar algo del tiempo que pasan los niños frente a la televisión y los ordenadores. En los próximos meses se incorporarán a la colección nuevos títulos y autores. Así, Federico Volpini debutará con una obra medieval, Carmen Santonja con una historia de familia, y Manuel Rivas con las aventuras de Bala Perdida, un pirata que vive en la Costa de la Muerte. En la primera edición se ha incluido también ¡Cómo molo!, una nueva entrega de Manolito Gafotas, de Elvira Lindo.
En la ilustración de las obras han participado, entre otros, J. L. Cabañas, Inés Burgos, José Belmonte y Daniel Torres,
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