Chirac pide a Arafat que renuncie a la violencia

El presidente francés, Jacques Chirac, formuló ayer en la ciudad cisjordana de Ramala, donde fue recibido como un héroe, un vehemente llamamiento a los palestinos a resguardar los valores democráticos y renunciar al empleo de la violencia, para asegurarse la materialización de sus aspiraciones nacionalistas en el marco de legalidad. La exhortación de Chirac, el primer dignatario extranjero que se presenta ante el Consejo Legislativo de Yasir Arafat, elegido hace menos de un año, constituyó el punto central de su visita a los territorios palestinos autónomos y simbolizó un nuevo y firme espaldarazo francés al proyecto de establecimiento de un Estado palestino con Jerusalén Este como su capital.

Chirac, que llegó de Jerusalén en un helicóptero de la fuerza aérea francesa, fue acogido con entusiasmo por millares de palestinos que acudieron a la entrada de la sede parlamentaria palestina en Ramala. Allí, Arafat y los 88 miembros del Consejo le tributaron una larga ovación en un acto que contrastó dramáticamente con la frialdad y hasta un fugaz pero intenso incidente con la policía durante su controvertida visita por la parte vieja de Jerusalén."Juntos debemos combatir la tentación de la violencia, que puede reaparecer e n cualquier momento. Debemos derrotar los odios condenados por todas las religiones y democracias. Cada enfrentamiento expone el peligro mortal que se cierne en el camino . Soy consciente de las frustraciones y humillaciones que podéis sentir. Sé del sufrimiento que debéis soportar, pero es indispensable permanecer en calma a pesar de los desengaños", declaró Chirac.

En esencia, el discurso de Chirac fue una encendida defensa de las aspiraciones palestinas. "Un Estado palestino no es, de ninguna manera, una amenaza para la seguridad de nadie. Todo lo contrario, un Estado palestino y una paz plena y justa garantiza la seguridad de todos", agregó, rebatiendo una vez más la oposición del Gobierno derechista israelí de Benjamín Netanyahu a la creación de una patria propia para los palestinos, mucho menos si el proyecto contempla compartir Jerusalén.

Sin embargo, el ambiente de euforia palestina parecía algo empañado por el fracaso de dos semanas de negociaciones con Israel para determinar el futuro de la ciudad de Hebrón.

Diagnósticos contradictorios en torno al estado de las conversaciones patrocinadas por los Estados Unidos seguían manteniendo anoche en suspenso el anuncio de un acuerdo y una fecha para su entrada en vigor. La largamente esperada retirada de Hebrón, prevista en los acuerdos de Oslo y cuya materialización debió de producirse en marzo pasado, supone el repliegue parcial de las tropas israelíes que custodian a 450 colonos extremistas judíos atrincherados en el corazón de la ciudad, sagrada para musulmanes y judíos.

Las discusiones se celebran en dos esferas: una civil, en la que se discuten las atribuciones de la entrante Administración palestina, incluyendo los permisos de construcción, de autobuses y otros sistemas, y la esfera de seguridad. Esta última es mucho más complicada: debe determinar las funciones, equipamiento y áreas de operación de la policía palestina, así como la función y libertad de movimientos del contingente militar israelí que debe permanecer en Hebrón para proteger a los colonos."Avances significativos"

El portavoi oficial israelí, Moshe Fogel, declaró que las negociaciones habían producido "avances significativos en las últimas horas". Acusé¡, sin embargo, a Arafat de mantener tácticas dilatorias, "quizá por que cree que el tiempo está de su Parte y que Israel debe ser culpado automáticamente de toda demora". Arafat, durante un encuentro con periodistas en Ramala, afirmó sombríamente que "la brecha se mantiene inalterable".

Un portavoz del Ejército israelí anunció anoche que se impondría un cierre total de los territorios de Gaza y Cisjordania a partir de la pasada medianoche. Los servicios de información israelí temen que se puedan producir atentados durante el primer aniversario del asesinato del jefe de la Yihad islámica, Fati Chakaki, en Malta, atribuido a agentes israelíes por los islamistas radicales.