Las 84 posibilidades de combinar los nueve fármacos del sida, incapaces de erradicar el virus
Los expertos se conforman con convertir la enfermedad en una patología crónica
El arsenal terapéutico contra el sida se compone de nueve fármacos. Buscar la combinación más eficaz con 84 probabilidades impediría encontrar la respuesta adecuada en el tiempo en que se necesita. Por ello, la estrategia se orienta de momento a frenar la replicación viral, con grupos de dos o tres fármacos, y convertir el sida en una patología "crónica y manejable", dijo ayer en Madrid Luc Montagnier, investigador canadiense y uno de los presidentes de la última cumbre internacional en Vancouver (Canadá).
El optimismo de Vancouver no se ha apagado, pero en boca de sus protagonistas adquieren mayor peso que allí las incógnitas aún no resueltas. "Ningún tratamiento nos asegura hoy una erradicación completa del VIH. Hoy por hoy, se trata sólo de una hipótesis que debe ser contestada en sentido negativo", aseguró Montagnier a su paso por Madrid. El investigador participó en la entrega de premios de periodismo que convoca la Fundación Movimiento Ciudadano Antisida.Su grupo, como otros estadounidenses y franceses, ha conseguido mantener durante más de un año a un grupo de infectados con menos de 20 copias virales por mililitro de sangre, lo cual significa que no están desarrollando síntoma alguno de enfermedad. Han conseguido lo que Montagnier denomina "una remisión serológica de la enfermedad". Pero aún no saben si esta remisión es suficiente para hablar de curación a largo plazo; no saben si conseguirán mayores beneficios intensificando aún más el tratamiento, y no saben si en el momento en que dejen de suministrar fármacos, el virus del sida volverá a campear a sus anchas en el cuerpo.
Montagnier se muestra cauto frente al optimismo de algunos investigadores sobre la posibilidad de erradicar el VIH hasta en sus despensas naturales, los ganglios linfáticos. Es más, acaba de concluir una investigación, que presentará en el Congreso Europeo de Sida de Birmingham, que demuestra lo contrario.
Parte de los nueve fármacos contra el sida desarrollados hasta ahora en todo el mundo han sido aprobados para su uso en la Unión Europea.
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