La búsqueda de la bacteria

Treinta técnicos del Centro Nacional de Microbiología (creado en 1967) de Majadahonda se afanan desde el 11 de septiembre entre tubos de ensayo y supermicroscopios para encontrar soluciones a los interrogantes abiertos en Alcalá de Henares por el brote de neumonía.La primera respuesta apareció el día 11: la legionella neumófila subgrupo 1 subtipo Pontiac, así se llama la criatura, es la bestia de Alcalá (con la de ayer son 12 sus víctimas). Se escondía en los pulmones de los enfermos. Pero descubrirla fue una tarea ardua y meticulosa. "Había 48.000 posibilidades, por decir un número, entre virus y bacterias, que había que descartar antes de confirmar nuestras primeras sospechas", explicó ayer Carlos Domingo, director del centro. Domingo sospechaba que se trataba de ese subgrupo atípico de legionella a raíz de los análisis serológicos (de muestras de suero extraídas de los pacientes). Los resultados mostraron que el organismo de los enfermos estaba cargado con anticuerpos de legionella. Sin embargo, la bacteria no aparecía por ningún lado. "Necesitábamos mejores muestras para obtener resultados positivos", comentó ayer el subdirector Jesús Fuente. Carmen Pelaz, farmacéutica del centro, fue la primera que logró aislar la bacteria tanto en muestras de enfermos como en el agua. La encontró en el tejido pulmonar de un fallecido. "Es curioso que, mientras la legionella crece con facilidad en el agua de Alcalá, a nosotros nos cuesta mucho cultivarla", concluyó Fuente.