Pujol insiste en que quiere la llave de los impuestos
Quien tiene la llave de la caja es quien la controla. Y disponer de la llave de los impuestos que se recaudan en Cataluña debe ser el objetivo de la Generalitat a medio plazo. Es decir, después del año 2001, cuando expire la fórmula de financiación autonómica recién acordada. Lo dejó claro ayer Jordi Pujol en el debate parlamentario sobre la orientación del Gobierno catalán. Subrayó, sin embargo, que este objetivo debe alcanzarse de forma gradual, acompasado al progreso económico de España que sin duda traerá la Unión Monetaria, y a la consolidación de la corresponsabilización fiscal.Pujol no había sacado a relucir el pacto fiscal entre la Generalitat y el Gobierno central en su discurso introductorio al debate, el martes, pero habló ayer de él al ser interpelado por la oposición. El presidente catalán dijo que ahora su interés está en que se aplique el acuerdo quinquenal pactado. Pero señaló también que Cataluña debe aspirar a disponer de más autonomía financiera "en la línea de los cantones suizos o los lander alemanes". Para indicar que queda mucho camino por recorrer recordó que estos últimos disponen del 42% del IRPF recaudado en su territorio
El objetivo es, según precisó Pujol, llevar a cabo un "gradual acercamiento", en la práctica y en los textos legales, a una formulación de la financiación de la Generalitat "en la línea de un pacto fiscal entre Cataluña y el Estado". Ésta será la manera de evitar que sea el Gobierno central quien tenga siempre la llave de la financiación, dijo, y de terminar con la dependencia económica de la Generalitat.
"La unidad está rota"
Pujol destinó una parte de su intervención a responder por adelantado a las críticas que inevitablemente provocará su pretensión. "No existe la unidad fiscal y financiera que algunos dicen que queremos romper. Esa unidad ya está rota. Hay tres haciendas autonómicas distintas a las demás: la vasca, la navarra y la canaria". También dijo que pretendía plantear esa cuestión sin fijarse en que los sistemas forales son mejores que el catalán".La vía del agravio comparativo sólo lleva a a "una guerra desagradable y antipática" que, finalmente, "nos antagoniza", cuando el interés de Cataluña es y debe ser, aseguró, que "España vaya bien y mejore". Tiene razón el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, agregó Pujol, cuando afirma que ahora ya no podría filmarse una película como Los santos inocentes. "El país ha mejorado mucho y por lo tanto ni ellos ni nosotros tenemos que comportamos como si estuviera igual que antes de la implantación del sistema autonómico", dijo.
Pujol sostuvo que no existen ya las condiciones que llevaron a los partidos catalanes a presentar con "extrema prudencia" la reivindicación del autogobierno durante la transición.
Durante el debate, Pujol contó con el apoyo entregado del PP y con la complicidad de Ángel Colom (ex ERC), quien se identificó con los objetivos de Pujol y se limitó a criticar los ritmos. Por contra, Joaquim Nadal (PSC), Josep Lluís Carod-Rovira (ERC) y Rafael Ribó (IC-EV) se esforzaron por criticar la derechización de la política de CiU a consecuencia de su pacto con el Gobierno de José María Aznar y la ausencia de proyectos concretos para Cataluña. Nadal reiteró la intención de su partido de construir con las demás fuerzas de izquierda una alternativa a Pujol para las elecciones de 1999, ya que el líder nacionalista "se ha decantado" por Aznar.
Por otra parte, según informa Europa Press, el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo alabó ayer en Sevilla a Jordi Pujol y dijo que al líder de CiU sólo le falta ahora "aceptar, sin las reservas que a veces exhiben los suyos, la existencia histórica, presente y futura, de la nación española". Previamente, en la conferencia que dictó en el sevillano Club Antares bajo el título Tres cambios de rumbo en la política española, Calvo-Sotelo reconoció que el político nacionalista "ha hecho más por su idea de Cataluña que cualquiera de sus antecesores".
