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Los amores de papa

Maya Picasso admite sin problemas que "cada uno de los amores de papá le hicieron cambiar su pintura. Basta con mirar. Cuando Dora Maar entra en su vida, de pronto es posible toparse con retratos de mi madre con los labios pintados. ¡Ella nunca utilizó carmín! De pronto los colores de Dora desteñían sobre Marie-Thérése Walter como antes Marie-Thérése se impuso en el mundo de Olga, que era una chica muy bella y con el atractivo de la virginidad, algo nuevo para papá, que hasta entonces siempre salía con mujeres que eran muy ole-ole. Eso es exacto, pero ya no lo es si se pretende que a cada una de las mujeres le corresponde un estilo, un tipo de cubismo o de neoclasicismo. Papá era un hombre al que le gustaba ir al fondo de las cosas, que explotaba todas las posibilidades de un modelo. En realidad, escogía a sus mujeres como si cada una debiese ser la antítesis de la anterior".Maya Picasso considera que en la muestra parisina de Picasso y el retrato "podrá verse el néctar, el destilado de lo exhibido en Nueva York. En EE UU disponían de más espacio y también existía una mayor necesidad de impresionar. Por ejemplo, yo dejé 16 telas o dibujos entonces y ahora sólo me han pedido cinco. La responsable de la exposición, Helene Séckel, no ha tenido que respetar una exigencia de exhaustividad".

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