Triunfo de la verdad
Como reza el lema del Colegio Británico "The true will be triumph". Así que ya está bien de caras largas en los ambientes del PP. Porque si las cosas se están haciendo tan bien, como resumía ayer mismo Luis Ramallo al despedirse de los periodistas del Congreso de los Diputados tras su obligada renuncia al escaño, será imposible que se demore indefinidamente el debido reconocimiento a la gestión. Un balance del Gobierno que se declara de signo positivo aflorará pronto y además en términos vindicativos porque ya nos advirtió don José Ortega y Gasset con la autoridad de su magisterio de que toda realidad que se ignora prepara su venganza. En términos más contundentes cabría citar ese versículo del Evangelio de San Juan "La verdad os hará libres" -sobre el dintel de los estudios centrales de la sede madrileña de la cadena COPE- que además refuerza los argumentos en favor de la descalificación de los papeles de los hermanos Perote.Lo que sucede estos días es que, mientras calla sigiloso el Centro de Investigaciones Sociológicas, se publican algunas encuestas por lo particular donde empiezan a flaquear los pasados apoyos electorales y entre las filas populares más vulnerables a esas informaciones cunde la impaciencia y el desasosiego. También los ministros o altos cargos, en cuanto sienten caer la zarpa de la crítica injusta o se ven azotados por el reto de la pública incomprensión a propósito de sus incipientes tareas, reaccionan volviendo sus ojos airados hacia Miguel Ángel Rodríguez, en quien todos residencian las últimas responsabilidades de la incomunicación.
Basten dos ejemplos elementales. Repárese en que con los nuevos presupuestos generales del Estado nadie a título personal va a pagar más impuestos pero -ivoilá!- va a incrementarse la recaudación del conjunto. Es decir, que sin incrementar la cuantía de los sumandos se logra aumentar la suma resultante. Y es que con los nuevos responsables del ministerio de Economía y Hacienda ha dejado de cumplirse la propiedad conmutativa de la suma y de ahí que la mera alteración del orden de los sumandos consiga incrementar el resultado de la adición. Otro tanto puede observarse respecto al hecho de que todas las Comunidades Autónomas vayan a mejorar sus ingresos sin que el nuevo sistema de financiación suponga coste adicional alguno para el Estado.
Confiemos.The true will be triumph. Más difícil era que se abriera camino la verdad de España en los mal llamados cuarenta años y Fraga nunca dudó en conseguirlo y ahí está el libro blanco sobre Grimau en línea ya con sus declaraciones del pasado domingo distinguiendo al modo escolástico entre crímenes y errores varios, una vez comprobada la denominación de origen y autoría de los homicidios a sustanciar. Pero hagamos justicia, en aquella época también brillaba ya con luz propia Antonio García Trevijano, asesor de un grupo político guineano en la Conferencia Constitucional que iba a dar nacimiento a la república hermana. Por eso, ahora que el ministro de Exteriores, Abel Matutes, recibe a su colega de Malabo, Miguel Oyono, y que el director general de África, Manuel Alabart, prepara viaje para asistir el 12 de octubre al 28º aniversario de la Independencia en la capital africana, es momento de reconocer la visión perspicaz de algunos adelantados del Golfo.
Por ejemplo el propio Trevijano, quien el 30 de setiembre de 1968, ante las noticias de un casi seguro triunfo electoral de Francisco Macías Nguema, se pronunciaba en la página 4 de la edición del diario Madrid en los siguientes terminos: "En política pocas veces podemos contemplar el increíble espectáculo del triunfo pacífico de la verdad". La laudatio de Macías escalaba después nuevos encomios de quien era exaltado como "apasionadamente entregado a la noble causa de la independencia de su pueblo, incapaz para el disimulo o la intriga, inflexiblemente recto en sus objetivos y en su acciones y encarnación del orgullo y de la dignidad del incipiente nacionalismo guineano". Sólo olvidó el panegirista destacar lo bien dotado que estaba su pupilo para el asesinato, pero esas capacidades fue imposible ocultarlas por mucho tiempo. Fuimos advertidos de que "nada hay oculto que no se haya de descubrir", es decir, que The true will be triumph. Tranquilos.
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