Perote tiene una red de apoyo integrada por agentes expulsados del Cesid

El coronel Juan Alberto Perote no está solo. Además de sus relaciones con el ex banquero Mario Conde, cuenta con una red de apoyo integrada por ex subordinados en la Agrupación Operativa del servicio secreto. Todos responden a las mismas características. Fueron expulsados del Cesid, han declarado en distintos juzgados en favor de su antiguo jefe y dirigen una trama de agencias de investigación relacionadas entre sí.

En la cárcel militar de Alcalá de Henares (Madrid) se ha hecho familiar la presencia del Mercedes 300 matrícula M-6587-GW. Su dueño es Rafael Molero Dorado, uno de los más asiduos visitantes de Perote desde que ingresó en prisión, en septiembre de 1995. Se trata de un cabo de la Guardia Civil.Durante más de ocho años, Molero trabajó a las órdenes de Perote en el Cesid. Fue separado del servicio secreto en 1993, por una investigación sobre narcotráfico en el que aparecía implicado un político, según su versión. Ex companeros aseguran que fue expulsado por usar medios del centro para una empresa de investigacion.

Actualmente, preside la Compañía Económica y Representativa, cuyo objeto social es la "investigación científica". En su declaración ante la titular del juzgado de instrucción número 43 de Madrid, Ana María Pérez Marugán, que instruye el sumario por las escuchas del Cesid, Perote admitió que, como responsable de seguridad de Repsol, a la que se incorporo tras su salida forzosa del Cesid, encargó "alguna colaboración" a su amigo Molero.

La juez Pérez Marugán citó a Molero el pasado 20 de septiembre. La versión que ofreció el ex agente sobre el Gabinete de Escuchas del Cesid fue opuesta a la del resto de los testigos y coincidente con Perote en atribuir toda la responsabilidad al ex director del centro Emilio Alonso Manglano.

El contable de Perote

El consejero delegado de la Compañía Económica y Representativa, que preside Molero, es el comandante José Enríquez de la Torre, contable de la Agrupación Operativa cuando la mandaba Perote. Enríquez fue destituido fulminantemente tras la expulsión de su jefe, en noviembre de 1991.Perote y su contable fueron investigados tras detectarse irregularidades económicas en Codeyco, empresa dedicada a la venta de material electrónico que útilizaba, el,Cesid como tapadera. El comandante Enríquez fue quien, en enero de 1992, recibió de Perote las 1.245 microfichas que éste había sustraído del Cesid dos meses antes.

El 4 de julio de 1995, Enríquez declaró ante el juez militar Jesús Palomino, instructor del sumario por la sustracción de las microfichas, que fue presionado por mandos del servicio secreto para que "firmase un documento de apropiación por el coronel Perote de fondos económicos de la unidad, lo que era falso".

Este testimonio sirvió al abogado Jesús Santaella: defensor de Perote y de Conde, para presentar una denuncia por prevaricación contra el juez Palomino, con el objetivo de apartarle del caso. Fue desestimada por el Tribunal Militar Central.

El comandante Enríquez y la esposa del cabo figuran, igualmente, como administradores únicos de Argos 3.000. El objeto de esta empresa es "facilitar [ ... ] mediante las investigaciones pertinentes, la obtención de información y medios de prueba".

Con Argos 3.000 está relacionado también Jesús Reina Godoy, otro de los visitantes de Perote en la prisión. Suboficial del Ejército, Reina Godoy estuvo destinado en el Cesid entre 1983 y 1986 y se dedica también a la investigación privada. Es administrador único de Rego Seguridad, de Valdemorillo (Madrid).

Según fuentes de la Audiencia Nacional, Jesús Reina compareció ante el juez Baltasar Garzón, instructor del caso Oñederra -en el que investiga los primeros asesinatos de los GAL- en febrero, tras la incautación de los papeles del Cesid en la celda de Perote. Hace dos semanas ha sido Molero el que ha declarado.