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Reportaje:

Religión, secta o gran negocio

La Iglesia de la Cienciología, juzgada en Lyón por estafa y atentado a la vida

Enric González

La Iglesia de la Cienciología y sus centros de dianética son sometidos a juicio en Francia. Los 23 dirigentes y adeptos que se sientan en el banquillo de un juzgado de Lyón, uno de ellos acusado de "atentado involuntario contra la vida" y todos de "estafa y abuso de confianza", admiten que en ese proceso se dirimirá el futuro europeo de una religión o secta (la sentencia decidirá el término a aplicar) que ya es objeto de persecución legal en Alemania. El suicidio de un adepto, Patrice Vic, el 24 de marzo de 1988, y la posterior querella presentada por su viuda, puso en marcha una investigación policial que duró más de cinco años.Patrick Vic respondía al prototipo de los adeptos a la cienciología. Tenía problemas de trabajo cuando encontró en el buzón un cuestionario con 200 preguntas, remitido por la Iglesia de la Cienciología. Respondió y, por curiosidad, acudió al centro de dianética lyonés para "ser evaluado". La cordialidad con que se le acogió le decidió a someterse a una "audición", suerte de confesión que implica un grado inicial de adhesión a la comunidad. Según su viuda, Nelly Vic, esos primeros trámites le costaron 3.000 francos (unas 75.000 pesetas).

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Poco después, en la Navidad de 1988, Patrick anunció ante sus hijos de ocho y tres años que había ingresado en "la quinta dimensión". En febrero, rechazó una oferta de empleo en Mulhouse porque la localidad alsaciana carecía de centro dianético. El 23 de marzo, renunció a su propio trabajo para someterse a una "cura de purificación" por la que debía pagar 30.000 francos (unas 750.000 pesetas). No tenía el dinero y el 28 de marzo anunció a su esposa, acompañado por Jean-Jacques Mazier, presidente de los cienciólogos de Lyón, que pediría un préstamo. Ese mismo dia, poco más tarde, se precipitó al balcón de la habitación de sus hijos y se arrojó al vacío. Mazier es ahora acusado de "atentado involuntario contra la vida".

Varios antiguos adeptos han declarado durante esta semana cómo la cienciología acabó con sus ahorros. Marie-Thérése Massard estaba en paro cuando fue atraída hacia la comunidad con la promesa de un empleo. Pasó por el cuestionario, la "audición", la "audición con electróinetro" (un potenciómetro que responde a la presión de las manos del paciente), y se sometió a "curas de purificación" en Copenhague (capital europea de la cienciología) y en el centro cienciológico internacional de California.En los últimos tramos fue sometida a ayunos e ingestión masiva de vitaminas, algo que, según un testimonio médico, causa fallos hepáticos y renales y provoca alucinaciones. Los cienciólogos que dirigen esas "cura" estimulan al adepto a "descubrir" sus anteriores encarnaciones y a remontar en el tiempo "hasta 108.000 millones de anos antes de Cristo". Marie-Thérése Massard invirtió en esa aventura personal todos sus ahorros y la herencia de sus padres, unos 25 millones de pesetas en total. El miércoles lloró en el estrado al afirmar que "tras la cienciología y la dianética hay una secta".

El comisario Etienne Mozul, de la brigada financiera de la Policía Judicial, abundó el jueves sobre los aspectos económicos. Tras una investigación en la que se efectuaron 458 interrogatorios, calculó que entre 1988 y 1989 los cienciólogos franceses habían enviado a la central de Dinamarca 15,9 millones de francos (casi 400 millones de pesetas). En la misma sesión se recordó que la oficina cienciológica de París fue sometida a liquidación judicial por una deuda a Hacienda de 48 millones de francos (1.200 millones de pesetas).

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