El Gobierno congela las deducciones del IRPF y aprueba la nueva tarifa con 10 tramos

La deducciones del impuesto sobre la renta quedarán congeladas el año próximo, lo que significará un mayor pago de impuestos real para una gran mayoría de contribuyentes. En cuanto a las desgravaciones, la única que se actualiza es la que se aplicará por rentas del capital que sube de 28.000 a 29.000 pesetas. La nueva deducción del 10% para los seguros individuales de ahorro a un plazo superior a diez años se limita a 50.000 pesetas. Junto a estas modificaciones, el Gobierno aprobó ayer la tarifa del impuesto sobre la renta para 1997, reducida de 18 tramos a 10 y repartida entre la Administración central (85%) y la autonómica (15%). Hacienda aseguró ayer que ningún contribuyente pagará más con el nuevo modelo.

El Consejo de Ministros de ayer aprobó tres grandes leyes que completan la de Presupuestos, enviada al Parlamento la pasada semana, y que recogen el acuerdo para el nuevo modelo de financiación autonómica suscrito el pasado 23 de septiembre con las comunidades del PP. Se trata de la Ley de Medidas Fiscales, Administrativas y de Orden Social (Ley de Acompañamiento), la reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y la reforma de la Ley de Cesión de Tributos.De todas ellas, la principal novedad es la tarifa del impuesto sobre la renta (declaración que se presentará en 1998) que se reduce desde los 18 tramos actuales a 10 para facilitar la cesión a las autonomías. El secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, aseguró que, salvo algún pequeño redondeo, la nueva tarifa no supondrá un mayor pago de impuestos para nadie. Para construir la tarifa de diez tramos, añade, se ha tomado la de 1996 (declaración a presentar en junio de 1997) deflactada; es decir, una vez eliminado el impacto de la inflación prevista (un 2,6%) para evitar el efecto monetario en la progresividad del impuesto.

La afirmación de que nadie pagará más se sustenta en que los tipos efectivos (relación entre la base liquidable y la cuota líquida; es decir, entre los ingresos declarados menos las desgravaciones y la cuota a pagar menos las deducciones) se mantienen y a esa conclusión se llega mediante técnicas informáticas de simulación con ejemplos reales. Más sencillamente, si sólo se aplican las nuevas tarifas a la base liquidable (antes de quitar las deducciones) las variaciones detecta das son escasas y dispares.

Ejemplos

Por ejemplo, una base de tres millones de pesetas pagaría con la tarifa de 1996 la cantidad de 606.150 pesetas, con esta misma tarifa individual deflactada en un 2,6% serían 598.509 pesetas y con la nueva de diez tramos (la estatal más la autonómica), 602.271. Por el contrario, una renta de seis millones pagaría 1,632 millones, 1,625 y 1,605 en cada caso. Y una de nueve millones se situaría en 2,976 millones de pesetas, 2,938 y 2,940. Donde sí es seguro que habrá un mayor pago de impuestos real es por la vía de que las deducciones del IRPF no se suben en el porcentaje de la inflación prevista (2,6%). Costa afirmó que el efecto recaudatorio es mínimo ya que "con una inflación prevista inferior al 3% las cantidades son irrelevantes". En un cálculo aproximado, el efecto recaudatorio puede superar los 13.000 millones de pesetas a aportar entre unos diez millones de contribuyentes.Se mantiene en 21.500 pesetas la deducción por los dos primeros hijos, en 26.000 por el tercero y en 31.000 por el cuarto y sucesivos. Tampoco se modifica la de ascendientes (entre 16.000 y 32.000 pesetas) y las 27.000 pesetas que se descuentan por trabajo dependiente. Se introduce una nueva deducción del 10% para los seguros de ahorro privado a un plazo superior a 10 años con un límite de 50.000 pesetas.

La reducción por rentas del capital (se aplica antes de la base liquidable y afecta, por ejemplo, a los intereses por un deposito bancario) es la única que se actualiza ya que sube de 28.000 a 29.000 pesetas "para beneficiar a los pequeños ahorradores", según Costa.

Tanto la tarifa como las deducciones se desdoblarán en un tramo del 85% para el Estado y en otro del 15% para las autonomías (véanse cuadros), como consecuencia del nuevo sistema de financiación de las comunidades que entrará en vigor el año que viene. El tipo marginal máximo del 56% no se modifica sobre el papel, aunque las autonomías podrán elevar o rebajar el tramo del 8,40% que les corresponde en un 20% (un 3% sobre el total de la tarifa). Es decir, podrán situar su tipo máximo en el 10,08% lo que colocaría el techo total (Administración central y autonomías) en el 57,6%.

Un único impreso

En cuanto a las deducciones, la norma general es que el 85% de las actuales se aplicarán con cargo a la tarifa estatal y el 15% restante a la autonómica. No obstante, las comunidades autónomas podrán añadir a las deducciones actuales otras por circunstancias familiares o personales (por ejemplo por enviar a los hijos a estudiar al extranjero) y por inversiones no empresariales (por ejemplo, por compra de segunda vivienda). El modelo de declaración será único, aunque variará la parte correspondiente a la tarifa y a las deducciones en cada una dejas autonomías que decidan ejercitar su capacidad normativa al respecto.Sobre las retenciones del impuesto sobre la renta, el Gobierno aún no ha tomado una decisión ya que, en caso de modificarse, se utilizaría un real decreto ley a aprobar a finales de diciembre próximo. En los tres últimos años, esta tabla que se aplica para calcular los pagos a cuenta del impuesto que se liquida en junio del año siguiente, se ha, deflactado, es decir, se ha descontado el efecto de la inflación prevista. La tabla actual tiene, por otra parte, 27 tramos para afinar más en el cálculo de lo que después se debe pagar una vez aplicada la tarifa, y se estructura en función de la renta y del número de hijos.