El PSOE acusa a Álvarez Cascos de situar a Felipe González en el punto de mira de ETA
El PSOE dio ayer por abierta la guerra total con el PP, a la vista de que el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, la ha declarado con sus acusaciones directas a Felipe González de promover las acciones terroristas de los GAL "desde la boleguilla" de La Moncloa. En la oleada de indignación de dirigentes del PSOE se percibe un punto de preocupación porque, a juicio de muchos de ellos, Álvarez Cascos ha puesto a González en el punto de mira de ETA.
El propio ex presidente del Gobierno expresó ayer, poco antes de presentar en Madrid el libro Memorias interrumpidas, del fallecido presidente de la República Francesa François Mitterrand, su preocupación por "la actitud política del Gobierno que acaba de definir el vicepresidente".El líder socialista afirmó que, no obstante, su forma de hacer oposición no va a cambiar y que aconsejará a su partido calma absoluta. "No quiero que de nuevo resurja un brote de crispación en la vida política española. Hay que mantener el sosiego, pero eso es responsabilidad de todos", dijo.Tras la reunión celebrada ayer por la mañana por la comisión permanente del PSOE, tan sólo el secretario de organización, Ciprià Ciscar, fue algo explícito al establecer una relación entre las acusaciones de Álvarez Cascos contra González y el terrorismo de ETA. "Cabe preguntar en qué puntos de mira quiere situar el señor Cascos a Felipe González", declaró.Preguntado luego sobre qué se refería, Ciscar aclaró que, en su opinión, "la irresponsabilidad" de Álvarez Cascos al acusar a González puede tener consecuencias a manos de ETA. Tanto Ciscar como otros dirigentes socialistas reconocen que González y otros muchos políticos de todas las fuerzas democráticas están amenazados de manera implícita, pero aseguran que, con estas acusaciones tan directas, se puede reavivar aún más el celo de los terroristas.
Aunque este aspecto es el que más preocupa en la dirección del PSOE, también hay otro, relacionado con la decisión que debe adoptar el Tribunal Supremo sobre si llama a declarar o no al ex presidente del Gobierno en relación con el caso GAL.
"Miserable"
El ex ministro de Justicia e Interior y actual diputado socialista Juan Alberto Belloch estima que Álvarez Cascos, con sus manifestaciones, incita a los jueces a que actúen de una manera determinada y, de hecho, pide al Supremo que desautorice al Gobierno y le obligue a levantar el secreto de los papeles del Cesid reclamados por jueces que investigan la guerra sucia contra ETA.Belloch agregó que las palabras del vicepresidente "muestran al Cascos más crispado, más mezquino y más miserable de la oposición". Según el ex ministro, las declaraciones son un síntoma de debilidad, porque "las personas con inseguridad tienden a decir más disparates que los que tienen convicciones claras". En posteriores declaraciones a Onda Cero, Belloch se expresó con sarcasmo sobre las acusaciones: "Es un despilfarro que lo haga un vicepresidente del Gobierno cuando lo hace mejor cualquier miembro de HB". "No ha medido las gravísimas consecuencias de que un vicepresidente diga eso", añadió.
Otro ex ministro de Justicia Enrique Múgica, cree ver claro que el vicepresidente hace indicaciones a la Justicia, porque de lo contrario no se hubiera producido, en su opinión, esta condena verbal contra González de un miembro destacado del Ejecutivo y secretario general del PP.
En el PSOE se considera demasiado torpe la actuación de Álvarez Cascos, dejando a la intemperie a José María Aznar en sus proclamas de neutralidad hacía lo que pueda pasar con González. Según Ciscar, el vicepresidente primero les indigno de formar parte de un Gobierno democrático" porque "condena sin garantías, como en las peores dictaduras".
Los dirigentes del PSOE se han sentido agredidos por el mitin de Alvarez Cascos en Extremadura y respondieron ayer con un torrente de adjetivos. El primer secretario´del PSC, Raimion Obiols, calificó al vicepresidente de "troglodita y brontosaurio". Para Joaquín Leguina, Álvarez Cascos está preso de "la fiebre prenupcial", en referencia a su próxima boda. La ex ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, consideró que el secretario general del PP sólo ha hecho bien su trabajo "cuando llevaba las escopetas y las cañas de los ministros de Franco".
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