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Diputados del Partido Popular critican ante Rato aspectos claves de la política del Gobierno

Luis R. Aizpeolea

El primer ensayo de coordinación entre el Gobierno y el Grupo Parlamentario Popular fue todo menos una balsa de aceite. El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, tuvo que escuchar ayer, en un encuentro de dos horas con el grupo parlamentario en el Congreso, una serie de críticas a aspectos clave de la política del Gobierno como comunicación, infraestructuras, privatizaciones y financiación autonómica. Ante los reproches por la política en RTVE, Rato respondió: "Sólo me ocupo de la intendencia".

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El vicepresidente acudió por primera vez al Grupo Popular para explicar el proyecto de Presupuestos que unas horas más tarde iba a firmar con sus socios nacionalistas. Tras la conflictiva situación creada por las recientes críticas de parlamentarios al ministro de Defensa, Eduardo Serra, la coordinación entre el Gobierno y el grupo que ayer se ensayó dio paso a un verdadero rosario de reproches.Un primer bloque se centró en la política de comunicación del Ejecutivo, que dirige el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez. Los diputados Luis Ramallo, Manuel Millán y Guillermo Gortázar criticaron la política de globos sonda del Gobierno y la imagen de debilidad gubernamental que produce en la opinión pública. Millán llegó a calificar de "auténtico desastre" la estrategia gubernamental.

La discusión de ayer en el Congreso tuvo un precedente hace menos de 15 días, en una reunión celebrada en La Moncloa entre los responsables de prensa de los ministerios y Miguel Ángel Rodríguez. Éste responsabilizó a los jefes de comunicación de los departamentos económicos de deteriorar la imagen del Ejecutivo con los mensajes vacilantes sobre las medidas de política económica.

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El secretario de Formación del PP, Guillermo Gortázar, criticó al Gobierno por no responder al ideario liberal que desde la oposición anunció en materia televisiva. Este diputado interpeló al vicepresidente sobre la pretensión de la directora general de RTVE, Mónica Ridruejo, de proponer una política, de tasas para sanear el ente público en lugar de proceder a su adelgazamiento, como prometió el PP en su programa electoral. Para 1997, Ridruejo solícita al Gobierno 157.000 millones más y prevé un déficit presupuestario de 120.000 millones.

La respuesta de Rato fue significativa a juicio de varios asistentes. Reconoció que esas propuestas requerían un debate, pero advirtió que no quería participar en él. "Corresponde a altas instancias políticas en las que no entro. Yo sólo me ocupo de la intendencia", dijo el vicepresidente en una alusión implícita a Miguel Ángel Rodríguez.

El recurso interpuesto en septiembre por el Ministerio de Economía y Hacienda contra el impuesto de sociedades del País Vasco dividió al Grupo Popular. Jaime Ignacio Del Burgo, diputado por Navarra, criticó a Rato porque la iniciativa atenta contra el Concierto Económico y la normativa foral vigentes en Euskadi y Navarra. A Del Burgo le replicó el diputado extremeño Luis Ramallo, que defendió el recurso del Gobierno.

A juicio de algunos de asistentes, Rato salió por peteneras y, sin pronunciarse directamente sobre el conflicto que dividía a Del Burgo y Ramallo, aprovechó para afirmar que el nuevo acuerdo de financiación autonómica coloca a las comunidades fronterizas con la vasca y la navarra en mejores condiciones de competitividad, ya que disponen de capacidad normativa sobre el IRPF.

Un tercer bloque de críticas se dirigió contra la política de infraestructuras. Jesús Posadas, sucesor de José María Aznar como presidente de Castilla y León, atacó al Gobierno por vender como menos oneroso el modelo alemán elegido.

Modelo alemán

Posadas calificó de "trampa contable" este sistema, consistente en que el Estado saca a licitación una obra y la concede en concurso restringido. La empresa que gana el concurso realiza la obra sin contraprestación económica en el transcurso de la misma, como sucede actualmente. Es al final de la obra cuando el Estado la paga, asumiendo no sólo el coste de construcción sino también el financiero, derivado del tiempo que la empresa no ha recibido ingresos por su trabajo. Con esta fórmula, el coste (déficit y deuda) para el Estado se aplaza al menos el tiempo de duración de la obra. La respuesta de Rodrigo Rato fue que se trata de un buen modelo "porque es alemán".

Algunos diputados también hicieron observaciones críticas sobre las privatizaciones. Recordaron que el ministro de Industria, Josep Piqué, se ha quedado por debajo de, las previsiones recaudatorias por las privatizaciones. Piqué se comprometió a conseguir 600.000 millones de ingresos por las privatizaciones en esta legislatura, mientras que las cotizaciones cayeron globalmente en la Bolsa unos 100.000 millones. Fue el caso de Endesa, Argentaria, Tabacalera, Telefónica y Repsol. Los críticos llegaron a manifestar que existía el riesgo de que un partido de ideología liberal, como el PP, obtuviera menos recursos por las privatizaciones que un partido de ideología socialista, como el PSOE.

Más información en la página 32

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