Suiza sacrificará 230.000 vacas mientras Mayor se resiste a cumplir el plan de la UE
La decisión suiza tiene por objeto reducir los riesgos de infección y restablecer la confianza de los consumidores. El anuncio ha sorprendido a los veterinarios europeos que estudian la propuesta de Londres de dar marcha atrás sobre sus compromisos europeos de sacrificio de reses. Londres asegura que la conclusión de expertos de Oxford de que la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) desaparecerá por sí sola hacia el año 2000 permite reducir el número de cabezas a sacrificar. Los restantes Estados miembros y la Comisión lo rechazan de plano aunque con la cortesía de asegurar que la decisión, en todo caso, debe contar con el aval previo de los veterinarios de la Unión.En Suiza se han producido 223 casos de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas, que se sospecha puede producir una enfermedad similar en humanos a través del consumo de carne o derivados de vaca. Es el segundo país de Europa en casos declarados, tras los más de 163.000 del Reino Unido.Hipótesis
El consejo federal suizo anunció el pasado lunes el envío al parlamento del proyecto de ley para el sacrificio de los animales nacidos antes de 1990. En este año se han producido 38 casos de vacas locas en Suiza, frente a 68 casos en 1995 y 64 casos en 1994. Expertos europeos no entienden cómo se han producido tantos casos cuando Suiza tomó importantes medidas preventivas hace años y oscilan entre dos hipótesis: que los responsables sanitarios suizos dispongan de información confidencial sobre la evolución en los próximos meses o años de la epidemia en su país o que el sacrificio masivo que se prepara se deba a razones puramente económicas. La Confederación Helvética prohibió el pasado mes de marzo toda importación de carne británica mientras que Alemania y Austria tomaron medidas similares respecto a la cabaña suiza.
En lo que respecta al caso británico, unas declaraciones ayer del antiguo asesor científico del Gobierno en materia de encefalopatía bovina espongiforme, William Stewart, amenazan con crear más confusión. Mientras el Gobierno de John Major se plantea archivar el sacrificio de más de 125.000 vacas acordado con los socios europeos en junio pasado, Stewart aseguró ayer que la única vía para librarse del mal de las vacas locas es seguir adelante con el plan. Stewart, que fue asesor del Gobierno hasta el año pasado y durante cinco años, puso en duda en una entrevista ante la BBC el rigor científico del informe elaborado el mes pasado por un equipo de la Universidad de Oxford.
Por su parte, el ministro de Agricultrura británico, Douglas Hogg, insistió ayer en la negativa británica a dar un solo paso en lo que al sacrificio de estas 125.000 reses se refiere mientras Bruselas no elabore un calendario exacto con los pasos a dar para el levantamiento del embargo que pesa sobre las exportaciones de vacuno británico.
Funcionarios gubernamentales británicos también insinuaron nuevamente su salida del acuerdo con la UE para eliminar la enfermedad si no se produce un rápido levantamiento del embargo. Ayer, John Major se negó a confirmar si Londres estudia no cumplir el acuerdo: "Estamos en discusión con la Unión Europea", señaló, "pero yo pienso que la Comisión y la Unión Europea se apoyan actualmente sobre bases científicas que no se sostienen". Major aseguró: "Tomaremos decisiones muy pronto y sobre la base de la salud pública, del sentido común y los intereses de los ganaderos".
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