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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

México, en transición

LAS TRANSICIONES son siempre procesos políticos delicados. El México al que llega hoy José María Aznar vive un periodo de cambio profundo, con todos los claroscuros que ello supone. Los avances hacia la democracia y hacia una mayor liberalización económica suponen. también la, merma de privilegios existentes, lo que genera resistencias, en algunos casos incluso violentas. Los asesinatos del cardenal Posadas, de Colosio y de Ruiz Masieu están aún por esclarecer, y ahora surgen nuevos movimientos violentos. No se puede dejar de mirar a ese lado oscuro del sistema político mexicano, que, cómo una mano negra, aparece en los momentos clave de la reciente historia del país para frenar su modernización. Enfrentarse a esa trama oscura es un compromiso del presidente mexicano, Ernesto Zedillo.Zedillo parece apostar. decididamente por el cambio político y económico del país, tras casi 70 años de Gobiernos ininterrumpidos del Partido Revolucionarío Institucional (PRI), a cuyos dinosaurios ha aludido abiertamente. En agosto, el Congreso mexicano aprobó una reforma electoral que promete comicios más limpios, una vez que la nueva norma haya sido ratificada por las asambleas locales. No obstante, queda mucho para cambiar una realidad dominada por el omnipresente aparato del PRI.

Ahora surge una nueva sospecha respecto a los móviles del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el movimiento guerrillero que ha irrumpido en los últimos días con violencia en siete Estados del país y que ha dejado como primer balance de su acción sangrienta un saldo de 17 muertos. Zedillo ha advertido que, al contrario que la guerrilla zapatista de Chiapas, que cuenta con una base social y se levantó empujada por la miseria y él abandono en que se encontraba esta región del sureste mexicano, el EPR es un grupo sin ningún apoyo Social. Según el Gobierno, es la prolongación de otra organización, el Partido Revolucionario Obrero Clandestino, que ha irrumpido en las últimas dos décadas con acciones terroristas en momentos de debilidad del sistema. La mayoría de las fuerzas políticas y de la sociedad civil han cerrado fi las en torno al Ejecutivo ante esta nueva amenaza contra.la que Zedillo ha lanzado al Ejército, prometiendo pulcritud en la actuación de los militares.

Todo ello ocurre cuando México parece al fin, y no sin esfuerzo, estar saliendo de la grave crisis económica en que le sumió a principios de 1995 la caída del peso. Zedillo anunció días atrás el fin de la emergencia económica, tras un esperanzador crecimiento en el segundo trimestre del año que ni su propio Gobierno esperaba, y que, como reconoce Zedillo, aún no se ha trasladado al conjunto de la población. La tendencia de otros indicadores económicos es alentadora. Pero aún queda mucho por hacer. México es un país importante para España, y viceversa" aunque el comercio bilateral se haya reducido en los últimos tiempos. La decisión de José María Aznar dé incluirlo en su primer viaje presidencial a América Latina es acertada. España debe seguir alimentando su papel de puente entre Europa y América, con inversiones cruzadas en un México que podría verse tentado de mirar exclusivamente hacia el Norte. La culminación de un acuerdo de libre comercio con la UE tendría un valor añadido, tanto para México como para España. Más allá, hay claros intereses bilaterales. Es de esperar que el viaje de Aznar sirva para agilizar el nuevo tratado de extradición entre España y México, que acaba de entrar en vigor y que previsiblemente tendrá efectos inmediatos sobre algunos de los numerosos etarras que residen en México.

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