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El fin de la torre del pájaro

Entre las ruinas del centro social palestino de Burj Laklak, cuya demolición por el Gobierno israelí encendió la chispa de la actual crispación en Jerusalén, ayer se desteñían al sol los dibujos de un cuaderno en el que no había más identificación que el nombre de una niña llamada Susane Asamán, tercer grado, escuela Malawuye. En una hoja había pintado primorosamente una casa rodeada de flores y una mariposa. Pero la casa estaba atravesada de abajo arriba por una puntiaguda flecha negra y marrón. Burj Laklak, o "la torre del pájaro Laklak", la única esquina arbolada dentro de las murallas de Jerusalén. Normalmente se llega allí entrando por la Puerta de Herodes.La llegada del tractor de la municipalidad israelí que acabó con el edificio de cemento fue, en cambio, espectacular. Con la ayuda de una grúa, pasó por encima de las murallas tras un vuelo a 16 metros de altura. Luego comenzó a trabajar derribando el edificio cerca de la única cancha de baloncesto (en la que también se juega al fútbol) dentro de la ciudad antigua. Las huellas de las orugas están bien impresas cerca del único espacio con césped dentro del Jerusalén viejo.Para Israel, el edificio de Burj LakIak tuvo que ser demolido por dos razones: no tenía los papeles en regla y representaba "un organismo político palestino" que "violaba los acuerdos de Oslo". Para los palestinos representó la última afrenta.

Más información
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