Aparece en Palafrugell el boceto del cuadro de Goya 'Carlos IV a caballo'

El boceto del célebre cuadro de Goya Carlos IV a caballo, cuyo paradero se desconocía desde que fue subastado en París en 1885, ha aparecido en la localidad catalana de Palafrugell. El trabajo preparatorio hallado, un óleo de pequeño formato -38 x 30 centímetros-, fue adquirido hace unos años por varios vecinos de Palafrugell, que lo compraron a un anticuario de la población "por un precio muy bajo", según aseguró ayer el galerista Xavier Amir en la presentacion de la obra a los medios de comunicación. Los propietarios han puesto el cuadro a la venta y lo han ofertado al Estado.

Xavier Amir explicó que los propietarios del boceto -que han preferido permanecer en el anonimato- no se "han atrevido" a hacer público el hallazgo hasta contar con las suficientes garantías de que la obra que ha llegado a sus manos es un auténtico goya. Básicamente, les pesaba el antecedente de la falsa atribución a Goya de un cuadro de Mariano Salvador Maella que "apareció" en marzo de este año en la sede de la Comunidad Autónoma de Madrid.Un minucioso trabajo de espectroscopia Raman -técnica de estudio de los pigmentos a través de rayos láser- y el informe favorable de varios expertos de la Universidad Autónoma de Madrid avalan, en opinión de Amir, la autenticidad de la tela encontrada.

El boceto, según los expertos, fue realizado por Francisco de Goya en 1799, en El Escorial. Un año después, el artista aragonés pintó la tela definitiva, el retrato ecuestre del rey Carlos IV que hoy se exhibe en el Museo del Prado de Madrid. Entre el trabajo preparatorio hallado en Palafrugell y la obra definitiva hay pocas diferencias, que se advierten sobre todo en algunos rasgos del rostro del monarca.

El análisis espectroscópico que se ha llevado a cabo en la Universidad Politécnica de Cataluña, bajo la dirección de Sergio Ruiz-Moreno, ha permitido identificar en el boceto una paleta típicamente goyesca. A través de rayos láser de una micra de diámetro, ha podido detectarse en el pequeño óleo una gama de colores que sólo utilizó el genio aragonés y que permiten determinar la época en que la tela fue realizada. En la obra, explicó Ruiz-Moreno, abunda un bermellón que Goya usaba a menudo, mientras que los pintores de su época recurrían a rojos de menor calidad.

El especialista de la Universidad Politécnica apuntó la "imposibilidad". de que el trabajo preparatorio de Carlos IV a caballo fuera pintado por ayudantes del taller de Goya. "A medida que se va recorriendo a través del láser cada centímetro cuadrado de la tela, se detecta la presencia de nuevas pinceladas y nuevos pigmentos. Esto no lo puede conseguir un ayudante de taller porque entonces ya sería tan famoso como el propio Goya", dijo Ruiz-Moreno.

Éste reconoció, sin embargo, que la investigación por láser no basta para determinar la autenticidad del cuadro y remitió a los análisis estilísticos y artísticos que se han realizado en la Universidad Autónoma de Madrid.

Entre los expertos que se han ocupado de este tipo de investigación y que han autentificado la obra destaca José Luis Morales Marín, especialista en Goya. Con estos avales, Sergio Ruiz-Moreno y Xavier Amir afirmaron ayer que existen "serias razones para afirmar que el óleo hallado es el boceto de Carlos IV a caballo, del que desde 1885 se había perdido el rastro. De su existencia se hace referencia en siete documentos bibliográficos".

Los anónimos propietarios del boceto lo han puesto a la venta y lo han ofertado al Estado, que, según explicaron, ha creado una comisión para estudiar el cuadro y dictaminar la postura oficial ante el ofrecimiento. "La voluntad de los titulares de la obra es que quede en manos públicas, aunque ya se verá si algún particular pasa finalmente por delante del Gobierno",. dijo Xavier Amir. El galerista no quiso entrar a evaluar económicamente el óleo, si bien indicó que el último goya subastado en Londres se vendió por unos 420 millones de pesetas.