Cineasta del mundo real
Mike Leigh regresa en Secrets and Lies al mundo de las relaciones familiares entre las capas menos favorecidas de la sociedad inglesa. Pero, distanciándose del tono pesimista de su anterior trabajo, ilumina su conclusión con notas esperanzadoras. Cada miembro de la familia de Cynthia sale beneficiado al compartir sus respectivos "secretos y mentiras".De igual forma, el cineasta verá cumplido su objetivo si su nueva experiencia cinematográfica incita a la audiencia "a reflexionar sobre su propia existencia y a compartir su vida" con los demás.
Leigh defiende con pasión sus credenciales sociales. "Crecí en un barrio pobre, industrial y de clase obrera de Manchester. Me he movido toda mi vida en el mundo real. Y me siento cómodo entre las clases medias y bajas puesto que son las que conozco", explica. El cineasta recuerda sus orígenes humildes que, en cierta forma, contrastan con la profesión de su padre, un médico judío y emigrante. Su procedencia y buena educación -siguió cursos de drama y cine en escuelas de prestigio- es motivo de recelo entre algunos críticos del Reino Unido que miran con lupa a los portavoces de las clases obreras.
"Me siento un tanto comprometido por la presunción de que sólo hago películas sobre la clase obrera. Me inclino a representar el mundo ordinario y real que experimenta la mayoría de la gente. En el pasado he observado también otros sectores más privilegiados de la sociedad", recuerda un autor, de 53 años, que se inspiró en las películas humanistas de Jean Renoir, Yasujiro Ozu y Akira Kurosawa.
La audiencia internacional conoce la filmografía de Leigh de la última época: Grandes esperanzas, Life is Sweet y Naked. Pero este "enamorado del cine" triunfó en su país a través del teatro y de la televisión. Dejó su visión "poco azucarada" de la vida en Abigail's Party y Meantime y otros títulos de su extensa obra. Esta primavera concluyó el rodaje de su sexto largometraje, centrado en un grupo de estudiantes, que, como es habitual en él, no tiene todavía título.
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