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"Me interesa el texto, pero prescindo del guión"

Adopción es el punto de partida de la nueva película de Mike Leigh. Una vaga idea, tomada prestada del entorno social de este cineasta británico, que lleva a sus límites en Secretos y Mentiras. Una tragicomedia, premiada en el Festival de Cannes, que invita a la audiencia a reflexionar sobre su propia existencia e identidad."Mi trabajo, como artista, consiste en descubrir la película realizándola", afirma Mike Leigli. A diferencia de otros cineastas, Leigh inicia sus proyectos a partir de vagos "sentimientos y concepto" que cobran vida al compartirlos con sus actores.Hacía tiempo que este autor inglés quería tratar "la experiencia de la adopción" y mostrar al público la nueva generación de negros y otras minorías étnicas que "escapan de sus raíces y de sus gueto". Ambas inquietudes accionaron el motor de arranque de su proceso creativo. "Descubro la historia con los actores. Ellos crean sus personajes, descubren sus relaciones y construyen sus mundos individuales. Es un proceso de descubrimiento", explica.

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Cineasta del mundo real

El núcleo de actores principales -Brenda Blethyn, galardonada en Cannes, y, entre otros, su habitual Timothy Spall- llega a los ensayos sin saber la función que les corresponde desarrollar. El guión surge a medida que emergen las diversas personalidades y se desarrollan las diferentes relaciones. Y a lo largo del proceso de trabajo, que en Secrets and Lies se alargó durante seis meses, el equipo de profesionales improvisa diálogos y acciones bajo la estricta dirección de Leigh.

"No necesitamos escribir el guión. Los actores lo aprenden hablándolo. Esto no implica que descuide las consideraciones literarias. La calidad del texto me importa, pero prescindo del guión como instrumento. El guión es la película", insiste el director.

Con este método inusual de trabajo, el cineasta evita interferencias por parte de ejecutivos y productores financieros. "Por lo general hay un guión que pasa por inumerables comités. Su existencia corre peligro antes de su ejecución. Por el contrario, yo prefiero dejar abiertas todas las posibilidades. Improvisamos, imaginamos y destilamos hasta crear algo puro, orgánico y, ante todo, cinemático", describe en Londres.

. Recordando, quizá, su lograda independencia, Leigh no puede contener un arrebato de arrogancia: "Lo cierto es que a nadie le concierne lo que ocurre en este proceso creativo".

La disciplina forma parte también de su método de trabajo. Leigh impone estrictas condiciones a sus actores. En primer lugar, no pueden hablar de la película con el resto de sus compañeros. "Mantenemos un estricto código de secretismo para preservar la honestidad del personaje. A los actores les divierte y libera" señala.Por otra parte, cada profesional tan sólo conoce la historia desde la perspectiva de su personaje. En Naked, por ejemplo, Katrin Cartlidge no tiene idea del paradero de David Thewlis una vez que éste abandona el piso. Y en Secrets and Lies, Cynthia (Blethyn) es la única persona que está al corriente sobre la identidad de la jóven de color, Hortense (Marianne Jean-Baptiste).

"Esa es la norma", confirma. "En mis películas, la gente conoce exclusivamente aquello que su personaje debe saber. Ayuda a descargar tensiones durante la improvisación. Posteriormente, esta experiencia forma la base de la construcción dramática".

Y, finalmente, cada actor debe meterse y salirse de las entrañas de su papel a la voz de mando del creador. "Soy muy estricto en este punto. Construyo una rutina y un ritmo de estar fuera y dentro del personaje. Esta disciplina es necesaria para mantenerse objetivo y creativo. Además, Thewlis, por ejemplo, se hubiera vuelto loco de no distinguir su identidad de la de su personaje. Creemos en la existencia de los personajes que inventamos, pero, ante todo, debemos tener claro quien es quien", dice.

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