Clinton achaca sus medidas antitabaco a la publicidad "inmoral" que hace la industria
Catorce Estados han presentado ya querellas contra las compañas tabaqueras
Las medidas reguladoras del tabaco dirigidas especialmente a los jóvenes que el presidente Bill Clinton anunciará probablemente hoy recogerán la mayor parte de las propuestas que la FDA -el organismo estadounidense que se encarga de alimentación y medicinas- esbozó hace un año, incluida la valoración de la nicotina como droga. Clinton, irritado por la falta de reacción de la industria desde entonces, considera "inmoral" que las empresas sigan haciendo una publicidad especialmente atractiva para los jóvenes, que consumen más cigarrillos ahora que hace años.
El relanzamiento de la iniciativa en el marco de la campaña electoral coincide con decisiones de jurados y de los Estados que cercan cada vez más a la industria del tabaco.La orden ejecutiva que el presidente debería firmar hoy concede capacidad a la FDA para que organice y limite las ventas y la publicidad de cigarrillos dirigidas a los adolescentes, con lo que establece un importante precedente en la regulación de productos y actividades relacionadas con el tabaco.
Las medidas que la FDA pondría en marcha son las siguientes:
Prohibición de que haya máquinas expendedoras de cigarrillos cerca de colegios o en establecimientos con acceso fácil para los jóvenes.
Prohibición de que las empresas patrocinen actos deportivos o culturales en los que se desplieguen marcas o símbolos de tabaco.
Prohibición de carteles publicitarios cerca de escuelas o de zonas deportivas o de amplia presencia juvenil.
Eliminación de los regalos publicitarios como gorras, camisetas o mecheros en los que haya marcas o símbolos de tabaco.
Restricción de la publicidad de tabaco en revistas destinadas a los jóvenes, sustituyendo los actuales anuncios por textos sin fotos ni dibujos.
Control efectivo de la prohibición de venta de tabaco a menores de 18 años, anulación de las ventas por correo y eliminación de las muestras gratuitas.
Establecimiento de un fondo de 150 millones de dólares, financiado por la industria, que se utilizaría para pagar campañas destinadas a disuadir a los jóvenes del hábito de fumar.
Para relanzar su iniciativa a diez semanas de las elecciones, la Casa Blanca ha tenido en cuenta los sondeos que indican que la mayoría de los norteamericanos están a favor de que se limite el acceso de los jóvenes al tabaco. La FDA considera que la industria necesita que 3.000 adolescentes se inicien cada día en el hábito de fumar para mantener los actuales niveles de venta de cigarrillos en EE UU. De esos 3.000, una tercera parte morirá de enfermedades relacionadas con el tabaco.
Los republicanos, conscientes del daño electoral que les hace la identificación de su candidato con la industria, han reaccionado furiosamente. Bob Dole señaló que la iniciativa de Clinton es electoralista y que no hay duda de que él respalda las restricciones sobre los adolescentes y el tabaco. El senador Jesse Helms trató de sacar partido de la impopularidad que tienen estas iniciativas en su Estado, Carolina del Norte, y en los otros Estados productores de tabaco: "El presidente declara la guerra a los 76.000 habitantes de Carolina del Norte que viven de una u otra forma del tabaco". El Instituto del Tabaco reiteró su posición sobre la ineficacia de las medidas de la FDA.En el frente judicial, Oklahoma anunció ayer que se sumaba a los otros 13 Estados que han demandado a la industria para recuperar parte de los gastos de salud pública ocasionados por las enfermedades de los fumadores. Esta escalada de querellas, más la posibilidad de que un jurado de Indianápolis siga los pasos del jurado de Florida que hace dos semanas estableció el derecho de un ex fumador a ser indemnizado por sufrir cáncer de pulmón y la ofensiva reguladora de la Administración provocaron un colapso en las acciones de las tabaqueras, cuya cotización descendió un 3,9% de media.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.