La noche imperfecta de La Unión
Los grandes del cante también defraudan. Quizá con demasiada frecuencia. Ocurrió esta noche en el festival del cante de las minas con la Paquera de Jerez y El Cabrero, en la gran gala flamenca.La jerezana lleva unos años que está trabajando sólo esporádicamente, y cuando lo hace tiene una tendencia preocupante a abreviar. Tres cantes de poca duración y adiós muy buenas. Los fandangos y las bulerías son sus palos predilectos, y siempre los hace. A grito pelao, desmarcándose de vez en cuando del micrófono en un alarde de poder.
Lo tiene todavía, es indudable, y por supuesto entusiasma a sus incondicionales, que le son fieles y que seguirán, acudiendo a oírla siempre que puedan; aunque cante un cuarto de hora mal medido.
XXXVI Festival del cante de las Minas:De Sanlúcar a Levante
Cante: Antonio Ayala, El Rampa, La Susi, La Paquera de Jerez y El Cabrero. Toque: Rosendo Fernández, Eugenio Iglesias, Parrilla de Jerez y Paco del Castor. Baile: El Mistela. La Unión (Murcia). Catedral del Cante;14 de agosto
Más voluntad en lo suyo puso El Cabrero, pero tampoco redondeó una gran noche. Presentando cada uno de los temas que hizo con su peculiar filosofía de la vida -la misma que lleva a muchas de sus coplas- abordó géneros de gran dificultad, cantes a palo seco incluidos. Es hombre con ambición de responder siempre bien a las expectativas del público, aunque en esta ocasión pecó de cierta monotonía.
Solvencia
Antes habían actuado el cantaor cartagenero Antonio Ayala, El Rampa y la alicantina Susi. Él es uno de los jóvenes valores de esta tierra con más proyección, y ha alcanzado una notable madurez. Demostró solvencia en malagueñas, soleares y tarantas. Su voz es amplia, abierta, y le gusta ejercitarla en los cantes de generoso arco melódico.Ella, La Susi, es una excelente festera que a veces se desliza hacia un tono de cierta vulgaridad; pero gusta mucho a un determinado sector del público, que la jalea fuertemente. Con una voz cálida y muy flamenca, en el cante más serio no acaba de acertar.
El baile corrió a cargo de El Mistela, acompañado por los buenos cantaores Juan José Amador y Enrique El Extremeño. Es buen bailaor, muy apegado a los viejos modos de lo jondo, que tiene estampa y compone la figura con gran cuidado de la estética formal. Quizá en exceso, ya que nos dio la impresión de una cierta mecánica en ocasiones, y en otras de buscar soluciones demasiado complicadas. El taranto fue lo que hizo mejor, sabiendo pararse; templar y mandar.
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