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La deserción de 3.000 'jemeres rojos' impulsa la unidad de Camboya

/ REUTER, El ministro de Información camboyano, Ieng Mouly, calificó de "un paso muy importante para la unificación del país" la deserción de dos comandantes de los Jemeres rojos junto con 3.000 guerrilleros. El Gobierno de Camboya indicó ayer que sus representantes se encuentran ya en las bases de Phnom Malai y Pailin (noroeste del país) para preparar la vuelta a la vida civil de estos dos importantes enclaves guerrilleros.

La televisión estatal emitió anoche un comunicado de los comandantes Sok Peap y Ei Chien en el que ambos declaraban su apoyo incondicional a leng Sary, el número dos de los jemeres rojos, y a la reconciliación nacional. El Gobierno sigue sin mencionar a leng Sary entre los que se han pasado a sus filas; según fuentes diplomáticas, porque no debe de saber muy bien qué hacer con un desertor que está condenado a muerte en el mismo juicio en rebeldía en que fue condenado Pol Pot, ambos acusados de haber dado muerte a más de un millón de camboyanos durante el tiempo que estuvieron en el poder (1975-1979). El juicio no fue reconocido internacionalmente porque fue dictado por los invasores vietnamitas, que pusieron fin al régimen sanguinario de los jemeres rojos.

Mientras, la radio clandestina de los jemeres rojos informaba de que el Comando Supremo de los Jemeres Rojos había emitido una orden de arresto para ser juzgados por un tribunal militar" contra Sok Peap y Ei Chien, comandantes al mando de las divisiones 450 y 415, lo que confirma el anuncio hecho el jueves por el co primer ministro camboyano, Hun Sen, de que ambos habían desertado. Las dos divisiones cuentan con unos 800 hombres en armas, además de sus familias. El jueves esa emisora, captada en Bangkok, tildaba de "traidor" y "vendido" a Ieng Sary.

Duro golpe

Estas deserciones suponen el mayor golpe sufrido por los Jemeres rojos desde la pérdida del Gobierno. La guerrilla, que participó en las negociaciones de paz de París, no reconoció el resultado de las elecciones generales de 1993, auspiciadas por Naciones Unidas, y continuó su acción armada contra el Ejército camboyano.Fuentes militares camboyanas consideran que ya sólo quedan desperdigados por el país pequeños grupitos sueltos de jemeres rojos, en su mayoría dedicados al bandidaje, además de algunas unidades en esa misma zona de Plinom Malai y Pailin fronteriza con Tailandía, fieles a los duros: el ex ministro de Defensa Son Sen y Khieu Samplían Este último parece haberse convertido en el jefe virtual de la guerrilla, ya que poco o casi nada se sabe de Pol Pot.

La situación en el área era ayer tensa por temor a que las unidades fieles lanzasen un ataque contra los desertores que aún permanecen en sus bases. Hun Sen dio la orden al Ejército de prepararse para repeler cualquier ataque.

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