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Francia amenaza con "represalias inmediatas" si EE UU castiga a sus inversiones en Irán o Libia

Enric González

El presidente de Francia, Jacques Chirac, advirtió ayer a su Gobierno que debe estar preparado para adoptar "medidas inmediatas de represalia" en caso de que empresas francesas sean afectadas por la ley estadounidense que establece sanciones a las compañías extranjeras que realicen inversiones en el sector energético de Irán y Libia. Según el portavoz del Gobierno, Alain Lamassoure, el presidente señaló que el problema suscitado por las sanciones unilaterales de Washington no era específicamente francés, sino europeo", por lo que Europa hacía bien en "reaccionar con toda firmeza". El comisario europeo de Comercio, Leon Brittan, calificó ayer de "inaceptable" el comportamiento de Washington.

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Chirac lanzó su mensaje durante la última reunión del consejo de ministros antes de las vacaciones. La advertencia presidencial coincidió con unas declaraciones de Thierry Desmarets, presidente de la petrolera francesa Total, una de las más vinculadas empresarialmente a Irán y Libia. Desmarest dijo al diario Herald Tribune que Total pensaba mantener sus inversiones y sus proyectos en los "países parias" condenados por Estados Unidos. "Las medidas de embargo, de bloqueo, de aislamiento económico, no son una buena solución para los problemas políticos de los países en desarrollo", señaló el presidente de Total.Desmarets subrayó que Estados Unidos está "solo contra todos". "Cada país es responsable de sus propias acciones, y yo nunca me permitiría emitir juicios sobre la actitud del Gobierno estadounidense, pero contamos con la determinación del Gobierno francés y otros Gobiernos europeos para evitar que las compañías europeas se vean afectadas por esas leyes", agregó el alto ejecutivo petrolero.

El presidente de Total destacó el distinto rasero que desde Washington se aplica a un país como China: "Como se trata de un país inmenso, son sensibles al hecho de que mantener las relaciones económicas obra en favor de la apertura política", dijo. Total tiene 600 millones de dólares (unos 75.000 millones de pesetas) en dos campos petrolíferos de Libia, y una inversión similar en Irán, para la que busca socios. La captación de nuevos inversores para el proyecto iraní se verá muy dificultada por la legislación aprobada por el Congreso y la presidencia de Estados Unidos.

Mientras, la presidencia de la Unión Europea, que actualmente ostenta Irlanda, expresaba ayer su "gran preocupación" por la legislación norteamericana y anunciaba que esta nueva medida será examinada "con el mismo espíritu con que expresó sus objeciones el pasado mes de julio a la ley Helms-Burton contra Cuba". La presidencia irlandesa podría presentar hoy mismo a Washington una protesta formal contra la nueva normativa, ya que, según fuentes europeas, la Unión Europea quiere que Estados Unidos reconsidere su nueva legislación, informa France Presse. Al mismo tiempo, el comisario europeo de Comercio, el británico Leon Brittan, declaraba ayer en una entrevista al diario italiano La Stampa que "el comportamiento de Washington es inaceptable, porque representa una evidente violación del principio de extraterritorialidad y constituye una amenaza para el sistema económico europeo", según Efe.

El ministro iraní del Petróleo, Ghalarrireza Aghazadeh, afirmó por su parte que las sanciones de Washington no tendrían "ningún impacto" sobre el desarrollo de la industria petrolera local. "El mundo necesita el petróleo de Irán y de los otros países del golfo Pérsico, y el curso normal de la economía mundial no será seguro sin el petróleo de esta región", añadió.

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Necesidades de la UE

El 20% de las necesidades energéticas de la Unión Europea son cubiertas con combustibles iraníes y libios, lo que ayuda a explicar el "diálogo crítico" que Bonn y París insisten en mantener con el régimen de los ayatolás, pese a los frecuentes asesinatos de opositores iranies en territorio francés por parte de los servicios secretos iraníes.El Gobierno libio criticó ayer la ley norteamericana y la atribuyó a las presiones electorales en las presidenciales de EE UU y a la voluntad de Washington de asegurar el monopolio de las empresas petrolíferas norteamericanas. En un comunicado oficial difundido por la agencia Jana, el Ministerio de Exteriores libio denuncia la nueva ley firmada por el presidente Bill Clinton y la considera "contraria al derecho internacional".

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