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300 kilos de residuos e historias Clínicas, tirados en una escombrera ilegal

Vicente G. Olaya

El vertedero ilegal de Las Cárcavas, en el barrio de Hortaleza, ha ampliado su oferta de basuras. Y sin avisar. El pasado viernes, personal del Ayuntamiento se percataron de que un cargamento de 300 kilos de desechos clínicos (jeringuillas, catéteres, cánulas, botes con preparados ... ), historiales médicos y documentos del Insalud fue vertido en una de las cunetas de acceso al estercolero sin ningún tipo de protección. El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado ya la retirada de los residuos y ha denunciado los hechos a la policía. Un juez investiga los hechos.El aspecto de los alrededores del vertedero ilegal de Las Cárcavas era ayer desolador. A tres kilómetros de distancia de su centro, cientos de toneladas de basura se acumulan en los caminos de acceso. Los camiones cargados de escombros y desechos se cruzan en la estrecha carretera. Tienen que cederse el paso. Junto a ellos, contenedores con basura acumulada, papeles, colchones, butacas, escombros... Montañas de los más diversos desperdicios. En una curva de estos caminos, montones de papeles oficiales. Según la Comunidad de Madrid, más de 300 kilos de desechos sanitarios.

"Unos desconocidos tiraron el viernes los desechos", comentaba un empleado municipal. "Los encontramos el sábado. No sabemos de dónde proceden, pero parecen de un hospital o algo así", decían.

La basura acumulada en este improvisado vertedero sanitario estaba compuesta por pequeños frasquitos, jeringuillas, botes con preparados, historiales clínicos, partidas de defunción, cartillas de la Seguridad Social, recetarios y diversa documentación del Insalud. "Lo que nos da miedo son las jeringuillas", reconocían ayer los dos funcionarios que las recogían. "Hay muchas agujas por el suelo y tenemos que cogerlas con mucho cuidado. No vaya a ser que ahora nos pinchemos", relataban.

Los residuos han sido trasladados al vertedero de Valdemingómez. Ayer, el Ayuntamiento de Madrid denunció la aparición de los desechos e historiales clínicos ante la Policía Nacional. Adriano García-Loygorri, concejal Medio Ambiente, explicó que el material se encuentra ya en las instalaciones municipales de Valdemingómez a la espera de las investigaciones judiciales. "No sabemos de dónde proceden. El juez lo está investigando", continúa el concejal.García-Loygorri reconoce que la escombrera de Las Cárcavas carece de todos los permisos necesarios para su funcionamiento, pero que, a pesar de ello, unos 1.500 camiones vierten todos los días en ella. "Pero ninguno porta materiales contaminantes", especifica.

Y es que hasta el pasado mes de diciembre el Ayuntamiento contaba en sus instalaciones de Valdemingómez con un horno para quemar los residuos clínicos que se producen en los hospitales. Sin embargo, una avería lo inutilizó. Arregrarlo costaba unos 100 millones de pesetas. Ante el elevado coste de la reparación, el Ayuntamiento decidió dejarlo morir. "No era rentable arreglarlo, teniendo en cuenta que la esterilización es competencia de la Comunidad", reconoce el edil.

El Grupo parlamentario Socialista aseguró ayer que la situación de los residuos hospitalarios en la Comunidad es "caótica". "Se tiran en cualquier parte porque no existe un lugar concreto para destruirlos. Había una planta en Valdemingómez, pero fue cerrada", dicen.

En Madrid se producen cada año unas 2.000 toneladas de residuos sanitarios. En 1995, la Comunidad señaló que 72 hospitales -de un total de 82 centros regionales- incumplían la Ley de Residuos, que obliga separar y tratar este tipo de basura sanitaria. Se aseguró entonces que los residuos contaminados por algún germen infeccioso y provenientes de los hospitales acababan, sin ningún tipo de tratamiento específico para ellos, en los vertederos comunes.

Pero, según Medio Ambiente, la situación ha cambiado radicalmente en los últimos doce meses. "En julio de este año, todos los hospitales han presentado el plan de gestión de residuos biosanitarlos y fitotóxicos", relataron. Estos residuos son entregados a empresas autorizadas por la Comunidad, que los destruyen en plantas especializadas, tanto en Madrid como en otras comunidades autónomas.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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