Nueva versión de un clásico

Tras el lanzamiento internacional que supone El salario del miedo (1953), una gran película que sigue conservando sus líricas tonalidades existencialistas como el mismo día de su estreno, el realizador francés H. -G. Clouzot parte de una novela policiaca de los famosos especialistas Pierre Boileau y Thomas Narcéjac para hacer Las diabólicas (1954), el mayor éxito comercial de su carrera.En el momento de su estreno Las Diabólicas se convierte en el no va más de las películas policiacas por su truco narrativo, las complejas relaciones entre sus atormentados protagonistas y hacer un buen dibujo de la provincia francesa. En. España, además, tiene el valor añadido de alcanzar el techo de lo permitido por la rígida censura del general Franco y convertirse en un hito social. Sin embargo, no ha envejecido bien y hace tiempo que ha pasado a ser una discutible pieza de museo.

Femimismo

Más de 40 años después, el realizador canadiense Jeremiah Chechik, que cuenta en su breve carrera con una película tan interesante como El amor de los inocentes (1992), dirige una nueva versión del clásico del cine francés. A partir de un guión del especialista en narraciones policiacas Don Roos y con un reparto basado en el enfrentamiento entre la recatada morena francesa Isabelle Adjani y la erótica rubia norteamericana Sharon Stone.El resultado es Diabólicas, una producción muy cuidada, que tiene una primera parte que sigue fielmente la película de H. -G. Clouzot, pero una segunda y, sobre todo, un final desconcertantes, que nada tiene que ver con el original, muestra un subrayado tono feminista y en alguna medida contradice lo que se ha contado hasta ese momento. A pesar de ciertas salidas de tono del guión de Don Roos, Jeremiah Chechik consigue que el conjunto tenga un aire homogéneo, se siga con cierto interés y el final sorprenda a los conocedores de la novela de Boileau y Narcéjac, la película de Clouzot y a los que no saben nada de esta historia. Sin embargo, se le escapan bastante de las manos las dos protagonistas.

Y en la medida que Diabólicas está planteada como un enfrentamiento entre Sharon Stone e Isabelle Adjani supone un cierto fracaso. Isabelle Adjani resulta excesiva y poco creíble en su papel de esposa morena, católica y enferma del corazón, pero sobre todo enfrentada a una Sharon Stone en su personaje de amante vestida de colorines y cuya máxima maldad es fumar un cigarrillo tras otro, lo que no es poco en el cine norteamericano actual.