_
_
_
_

Tres poblaciones catalanas utilizan hace años cámaras de 'videovigilancia'

La presencia del ojo de una cámara en la calle es algo ya familiar para los habitantes de tres localidades del litoral catalán: Calafell, en Tarragona, y Vilassar de Mar y Canet, en el Maresme. En los tres municipios, la instalación de las cámaras se ciñó a zonas conflictivas. Mientras que el anteproyecto de ley para regular la instalación en zonas urbanas donde se registran algaradas de grupos afines a ETA ha provocado críticas, la experiencia catalana es enjuiciada de forma positiva.

Más información
Acostumbrados al ojo mecánico que lo ve todo

/ DIEGO BELMONTE / MataróEn 1992, Calafell fue el primer municipio catalán en instalar cámaras de televisión para controlar sus calles. El alcalde de esta población típicamente turística de la costa de Tarragona, Joan Maria Triadó, hace un balance más que positivo de los cuatro años de funcionamiento del control televisivo. "La gente nos reclama que se instalen más cámaras, lástima que el sistema cuesta mucho dinero y no podemos poner más cámaras y más modernas", comenta Triadó. Añade que de esa forma el Ayuntamiento se podría ahorrar hasta 40 o 50 millones de pesetas al año que se pierden por las pequeñas gamberradas que continuamente se hacen al mobiliario urbano.El sistema instalado consta de seis cámaras distribuidas principalmente en zonas conflictivas de tráfico rodado y ocio nocturno. Como las cámaras se pueden cambiar de ubicación con facilidad, cuando se detecta un punto en que se repiten actos de gamberrismo se traslada una cámara de control. Triadó no entiende la polémica legal desatada con relación a las cámaras: "Simplemente son ojos del Ayuntamiento en sus calles. En vez de seis policías controlando las calles, tenemos seis cámaras y un policía que desde una mesa de control ve lo mismo que verían aquellos guardias", razona.

Grabación selectiva

El sistema cumple funciones de vigilancia. Cuando se detecta un altercado, principalmente en la calle de Monturiol, donde se concentra una gran cantidad de bares nocturnos, la policía acude inmediatamente. Si el controlador detecta la formación de grupos sospechosos, una patrulla efectúa una ronda disuasoria. Las imágenes sólo se graban si se observa que se está vulnerando la ley o las ordenanzas municipales. Aunque las grabaciones nunca se han presentado como prueba ante un juez, sí han servido para que algunos jóvenes reconocieran la autoría de una gamberrada que negaban o algún delincuente admitiera haber robado una moto.En una ocasión el sistema sirvió para que la Guardia Civil planificara su actuación por las calles del pueblo, ante la acción de un grupo de cabezas rapadas que desencadenaron una serie de agresiones. El Ayuntamiento de Calafell nunca ha tenido problemas legales ni denuncias por las cámaras instaladas. "¿Por qué no las vamos a poner nosotros en las calles si otros las utilizan para organizar el tráfico en carreteras y ciudades, y están en todos los supermercados?", se pregunta Triadó, que considera que "se le están buscando tres pies al gato" con la polémica que ha provocado el anteproyecto de ley.

Vigilancia de 24 horas

En Vilassar de Mar y Canet de Mar (Maresme) funcionan desde hace varios años seis cámaras de vídeo instaladas en la calle. Su misión es facilitar a la policía local la vigilancia de distintas zonas de estas localidades durante las 24 horas del día. Con las cámaras se ha conseguido una actuación rápida de la Guardia Urbana si observa la comisión de un delito o un problema de tráfico.En Vilassar de Mar, el sistema se instaló en agosto de 1994 y consta de tres cámaras totalmente visibles en las calles de Narcís Monturiol, Sant Joan y Doctor Mas Riera. Las cámaras instaladas en las dos primeras están colocadas en la zona comercial más importante y tienen como objetivo controlar posibles hurtos a tiendas o personas. La tercera está destinada a la observación de la actividad nocturna en una zona de bares.

Al igual que en Calafell, en Vilassar de Mar la policía sólo graba imágenes si advierte la posibilidad de que se cometa un delito y entonces actúa contra los infractores. Las filmaciones recogidas por las cámaras han permitido la detención de varias personas por delitos menores y en un caso facilitó el arresto de un traficante de drogas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_