Los 'halcones' rechazan la moderacion de Netanyahu

,Nadie sabe lo que Hosni Mubarak escuchó de labios de Benjamín Bibi Netanyahu cuando se reunieron la pasada semana, pero el caso es que el presidente egipcio se declaró "convencido de la voluntad del primer ministro israelí de proseguir con el proceso de paz". ¿Acaso volvió a funcionar el encanto de Bibi? ¿O es que Mubarak obtuvo de su interlocutor garantías concretas que justificaban su optimismo? Se rumorea que Netanyahu pretende negociar en serio con los palestinos, pero que pidió a Mubarak que no desvelara sus intenciones para amortiguar la fuerte oposición previsible en su Gobierno y en su coalición en el Parlamento.La decisión del presidente, Ezer Weizman, -aprobada, si no sugerida, por Netanyahu- de indultar a dos prisioneros palestinos condenados a cadena perpetua por asesinato, provocó vivas protestas en medios de la derecha nacionalista y religiosa. El secretario del consejo central de los colonos judíos envió una carta al jefe del Estado en la que le pedía que se retractase. Las mujeres de verde (militantes de derecha) anunciaron que se manifestarán ante la residencia de Weizman.

Simultáneamente, han sido presentados tres recursos ante el Tribunal Supremo para blo-quear la esperada decisión del general Uzi Dayán de indultar a otros tres presos, lo cual despejaría el camino para la liberación de todos los palestinos detenidos en cárceles israelíes.

Es decir, que Netanyahu tiene que hacer frente ya a una oposición militante en sus propias filas, las que le han llevado al poder. ¿Es una marejadilla o el anuncio de fuerte tempestad? Hasta ahora, el jefe del Gobierno ha dado seguridades verbales de que respetará los tratados firmados por los Gobiernos laboristas precedentes, pero pronto tendrá que traducir sus palabras en hechos. En septiembre, debe decidir sobre una nueva retirada militar del.llamado Sector 3, en aplicación de los acuerdos de Oslo. Paralelamente, ha de nombrar al equipo de negociadores que discutirá con los de la Autoridad Nacional Palestina sobre el acuerdo global permanente.

No se trata ya de decisiones difíciles, sino, en lo esencial, de naturaleza técnica y administrativa que no deberían crear problemas dentro del Gobierno. Ariel Sharon, ministro de Infraestructuras, ha criticado ya la suavización del cierre de los territorios palestinos. Otros ministros halcones le han apoyado. ¿Se está organizando ya la oposición en el Gabinete? Y, sobre todo, ¿será capaz Netanyahu de plantarle cara?