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Las medidas antimonopolio contra las televisiones de Berlusconi dificultan la reforma constitucional

Massimo d'Alema y Silvio Berlusconi se mostraron de acuerdo el miércoles: una comisión bicameral del Parlamento, con un plazo fijo, podía servir de instrumento para reformar la Constitución. Horas antes, el Gobierno había aprobado nuevas medidas antimonopolio en televisión, y los ejecutivos del grupo televisivo del líder de Forza Italia (FI) las habían estimado aceptables, con reservas. Pero ayer todo cambió. Mediaset rechazó las normas antimonopolio, y el Polo de las Libertades consideró imposible aprobar la comisión para las reformas constitucionales.

El diálogo no se ha cerrado. El Polo se abstuvo en la votación para crear la comisión. Y el presidente del Gobierno, Romano Prodi -durante la reunión de los partidos de la mayoría en la que se aprobó la propuesta sobre el instrumento de la reforma- dijo: "Habíamos echado las cuentas, y se dio luz verde. Si ahora se dice que los cálculos eran equivocados, repitámoslos y veamos. El Gobierno no tiene intenciones punitivas". Prodi se refería a las protestas de Mediaset sobre la remodelación televisiva.Se ha llegado, así, a un insólito toma y daca en el que, por un lado, parece jugarse el destino del país y, por otro, el futuro empresarial de Berlusconi, como si fueran magnitudes homogéneas. Algún diputado. de FI añade confusión al declarar que las medidas antimonopolio "no perjudican sólo a Berlusconi, sino a toda Italia", mientras el principal interesado proclama: "Hay conflicto de intereses, pero de él yo soy sólo la víctimaDirigentes del Polo y el Olivo reconocían anoche que los dos temas -reforma constitucional y normas antimonopolio televisivo- estaban entrecruzados, pero cada cual echaba a la otra parte la culpa de este estado de cosas. El primero que los mezcló fue Berlusconi al afirmar el miércoles, durante su intervención sobre la reforma constitucional: "No me dejaré intimidar por ninguna disposición gubernativa contra lo que he construido".Las diferencias entre el centro derecha y el centro izquierda sobre la reforma de la Constitución eran numerosas. Sólo en cuanto al procedimiento, el Polo proponía la elección de una asamblea constituyente con el sistema proporcional, y el Olivo la comisión bicameral finalmente aprobada. "La bicameral puede ser una solución si se designa con una base proporcional y no mayoritaria", respondió Berlusconi al líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), D'Alema. Pero ayer, tras declarar excesivamente largo el plazo de un año fijado para los trabajos de la comisión por la resolución que la crea, Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional, en nombre del Polo, se encargó de rechazarla. "Queremos las reformas, pero no creemos en el instrumento propuesto por la mayoría. No obstante, nos abstendremos, entre otras cosas para hacer más evidente la oposición durísima que el Polo ofrecerá a las medidas sobre Mediaset y las telecomunicaciones", dijo.Paralelamente, el presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, presentaba en rueda de prensa las cifras del desacuerdo televisivo. No tienen que ver con la imposición de renunciar a una emisora vía tierra, sino al límite del 30% de los recursos totales del sector que cada operador, público o privado, puede ingresar al máximo. Confalonieri mantiene que no había protestado antes porque creía que esta norma sólo se aplicaba en caso de fusiones de empresas. Y, en cambio, se aplica a Fininvest."Los recursos totales del sector son 7,5 billones de liras, y nuestra facturación tres billones de liras. Es claro que tendríamos que reducirla en más de 800.000 millones, que sumados a los 200.000 millones que supondrá la reducción adicional de nuestro techo publicitario cuantitativo llegan al billón de liras". En definitiva, unos 85.000 millones de pesetas. Es claro que las negociaciones sobre la reforma de la Constitución serán largas y requerirán algo más que simples constitucionalistas.

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