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LA LEY DE LA DISCORDIA

Una poderosa firma presente en 20 países

Sol-Meliá gestiona actualmente 182 hoteles en 20 países del mundo y emplea en temporada alta a 20.000 personas. Cada día la cadena puede alojar a 43.000 clientes y alcanza una ocupación de 18 millones de estancias anuales. "Casi la mitad de la población española se podría albergar a lo largo de todo el año en nuestros hoteles" observa el consejero delegado, Sebastián Escarrer, de 30 años. "Operamos con nuestras inversiones en todos los países, independientemente del color político, cultural o racial", recalca.

Esta empresa turística, de raíz y control españoles, la creó en 1946, en Mallorca, un modesto empleado, llamado Gabriel Escarrer, que sigue al frente de la que es en la actualidad una de las diez primeras firmas mundiales de hostelería y líder en España, con establecimientos urbanos y vacacionales.

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El despegue nacional e internacional del grupo Sol se confirmó en 1984 con la compra de Hotasa, la cadena de hoteles expropiados por el Estado a Rumasa. En 1987, Escarrer adquirió los hoteles de la cadena Meliá, convirtiéndose en propietaria de la sociedad matriz, Hoteles Meliá, que posee un total de 60 establecimientos.

El resto, más de un centenar de los establecimientos del grupo, está en régimen de alquiler, asociación, gestión y franquicia.

Cotizaciones en Bolsa

El grupo cotiza en Bolsa desde el pasado 1 de julio, tras protagonizar una singular operación de ampliación de capital mediante una oferta pública de acciones (OPA), cuya demanda multiplicó por 23 las previsiones, del 42% del capital (35.000 millones de pesetas)."La familia no se ha que dado ni recibe un duro de la operación", apostilló a EL PAÍS Sebastián Escarrer, que niega además un excesivo endeudamiento de la firma; alrededor del 35% sobre el total de recursos, unos 60.000 millones de pesetas, según datos del sector bancario.

Al salir a Bolsa, después de tres años de planificación y reestructuración interna, los Escarrer optaron por operar con Argentaria, el Banco Central Hispano y el Bilbao Vizcaya.

La cifra de negocio consolidado en 1995 de Sol-Meliá fue de 120.000 millones de pesetas, y el beneficio de la marca alcanzó los 2.500 millones de pesetas, antes de su escisión entre la propietaria y administradora de los inmuebles y la explotadora.

En las auditorías presentadas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores se declararon, en 1993, pérdidas de 6.000 millones de pesetas, con unos beneficios operativos de casi 4.000 millones.

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