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Amigos y además socios

Amigos, pero no socios, ha venido a decir Silvio Berlusconi desde que entró en política, cada vez que se topaba con la pregunta de si no se sentía comprometido por su conocida amistad con Bettino Craxi. El ex líder socialista ha afirmado, por su parte, que la inexperiencia polítíca del líder de Forza Italia (FI) le producía "embarazo". Pero muchos se obstinaron en sostener que las relaciones entre estos dos personajes tienen sólidas raíces en la política y los negocios. Los hechos empiezan a darles la razón.En el plano personal, había poco que ocultar, ya que Craxi fue en sus años dorados el mejor amigo de Berlusconi, su padrino de boda en el segundo matrimonio, con Verónica Larios, y el padrino de bautizo de uno de sus hijos. Nadie se sorprendió cuando se filtró que Verónica telefoneaba a la mujer de Craxi a Hammamet (Túnez), tras el inicio del exilio del líder, para consolarla. Fue una de las ocasiones en las que Berlusconi dijo que la amistad es un sentimiento al que no renunciaría jamás, pero que no implicaba ninguna relación de tipo político.

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El negocio televisivo de Fininvest creció, sin embargo, en plena era del llamado CAF, el triángulo de poder que Craxi (Bettino), Andreotti (Giulio) y Forlani (Arnaldo), resumidos en las siglas de marras, formaron hasta 1991. La llamada ley Mammí, que ordenó el sistema televisivo, es de esta última fecha, y los jueces investigan todavía si los hombres de Berlusconi pagaron o no comisiones para que los intereses de Fininvest quedaran protegidos. Pero hasta la legalización, el CAF fue decisivo para que las televisiones de Berlusconi, fieles a la propaganda del famoso trío, pudieran seguir emitiendo durante años.

El proceso ordenado ayer es, por todo ello, un golpe más serio al líder de Fl que el juicio que se le sigue por corrupción de policías del fisco, o las investigaciones por la presunta falsificación de los últimos seis balances de Fininvest, por la corrupción de jueces de Roma, o por el compló para hacer salir de la magistratura al hoy ministro de Obras Públicas, Antonio Di Pietro. Pese a todo, Gianfranco Fini, el aliado derechista de Berlusconi, dijo ayer que el liderazgo de éste no se discute.

En cuanto a Craxi, condenado ya a 25 años de cárcel en cuatro procesos y con cuatro más pendientes, incluido éste, poco le puede afectar. "¿Un comentario? ¿Para qué? No sirve", le dijo ayer el ex líder socialista a un periodista de la agencia Ansa que le localizó en su exilio de Hammamet.

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