La directora Pilar Miró lamenta que "el cine haya vuelto a toparse con los políticos"
La industria se opone a las medidas anunciadas por Miguel Ángel Cortés
La andanada lanzada el lunes por el secretario de Estado de Cultura, Miguel Angel Cortés, contra las ayudas al cine español -que, según él, han marcado "los peores 13 años de la historia del cine en España"- ha conseguido erizar el pelo a cineastas, empresarios y antiguos responsables del sector. Pilar Miró, directora general de cine en la primera etapa socialista, advirtió ayer que podría ser muy conflictivo para el PP hacer cambios sin contar con la industria y lamentó que el cine haya vuelto a "toparse con los políticos". El productor y distribuidor Enrique González Macho aseguró que las medidas de protección impulsadas por Miró a principios de los años ochenta "salvaron al cine español de su desaparición".
La intención anunciada por Cortés de acabar con las, según él, "nefastas" subvenciones anticipadas a la realización, mereció de González Macho la consideración de "estupidez peligrosa". La de cubrir parte de las ayudas a la producción con una tasa sobre las entradas, "un globo sonda que ya se ha intentado otras veces y no se ha podido llevar a cabo por problemas legales", además de "injusta" si revierte sobre el bolsillo del espectador. Y la de flexibilizar o suprimir las cuotas de pantalla para las cintas europeas, "extremadamente preocupante".Tras su intervención en el seminario El cine ante el tercer milenio, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, Miró, González Macho y Manuel Gutiérrez Aragón coincidieron en calificar de "injusta" la valoración de Cortés sobre la política cinematográfica del anterior Gobierno. "¿La peor?", se extrañó, González Macho. "Al contrario: la pasada década fue la mejor de la historia del cine español".
La principal responsable de aquella política, Pilar Miró, defendió su gestión recordando que, aunque en 1982 se producían más películas, la mayoría eran de muy baja calidad -muchas clasificadas S- y, pese a ello, "disfrutaban de los mismos derechos, cuotas y licencias que las de Carlos Saura, por poner un ejemplo". Las cintas se rodaban en cinco semanas, con muy poco metraje y en precarias condiciones económicas. "Había que limpiar los subproductos y elevar la calidad de producción del resto".
Gracias a aquella política, según Miró, directores hasta entonces apartados, como Patino, Regueiro y Picazo, pudieron volver a rodar, y otros como Uribe, García Sánchez o Almodóvar pudieron empezar a hacer su trabajo en buenas condiciones. "El objetivo era poner el cine español a nivel europeo de cara a la integración comunitaria", señaló Miró, "y lo conseguimos". Cortés había citado el lunes que, entre 1982 y 1994, el número de producciones de largometrajes había bajado de 146 a 44 por año. González Macho replicó: "De aquellos 146, había 2 o 3 recordables. De estos 44, lo son 20 o 25". El distribuidor, que dirige las cadenas de salas Renoir y Princesa, señaló que las medidas de la etapa Miró fueron "absolutamente necesarias" en su momento y que impulsaron el cine español hasta hacerle conseguir más premios en festivales internacionales que en el resto de su historia.
González Macho reprochó al secretario de Estado de Cultura el haber confundido el número con la calidad, mencionó que el país más prolífico en masa de celuloide es la India, con más de 600 películas anuales, y desafió a Cortés a que le citara "un solo título hindú".
Pilar Miró, Gutiérrez Aragón y González Macho coincidieron en señalar que la principal preocupación del sector es la dudosa continuidad de la cofinanciación de las producciones de cine por parte de la televisión pública. La nueva dirección de Televisión Española no se ha pronunciado hasta ahora sobre este punto, considerado por todos una pata fundamental en el actual esquema, tanto en España como en otros países europeos.
La colaboración de TVE, recordaron los cineastas, no tiene nada que ver con una subvención, ya que la televisión "vive más del cine que éste de aquella", como testifica la comparación entre los índices de audiencia y la ocupación de las salas de proyección. "Es preocupante que Cortés no nos explique qué va a pasar con la colaboración de TVE", indicó González Macho. "Será que no lo sabe muy bien", añadió.
Por otra parte, los productores de cine catalanes no se mostraron contrarios a la modificación de la política cinematográfica, anunciada por el Gobierno, aunque pidieron que se no efectúe por decreto y sea fruto de una reflexión en la que se recojan las opiniones de todas las ramas de este sector. El presidente de la Asociación Catalana de Productores de Cine, Pere Fages, señaló a Efe que la filosofía global de suprimir subvenciones e ir hacia un sistema de ayudas automáticas "nos parece bien". Los productores de cine son favorables, según Fages, a la idea de crear un impuesto directo sobre taquilla destinado a nutrir el fondo de protección de dónde salen las ayudas automáticas a la industria, "siempre que contribuyan también a este fondo las cadenas de televisión públicas y privadas y el Estado con la parte que le corresponda".
Babelia
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