El fin del caos
Las aguas volvieron ayer a su cauce en el congreso de la Unión Internacional de Arquitectos. Las normalidad de las sesiones celebradas en la nueva sede del Palau Sant Jordi hicieron olvidar el caos vivido el jueves. "Lo importante", decía Ignasi de Solà Morales, ponente general, "es que el congreso ha reaccionado y se ha demostrado que era flexible, móvil e interactivo". En su opinión, la protesta efectuada el día anterior por cientos de congresistas furiosos por la falta de aforo en las salas dispuestas para el debate es un símbolo de la "vitalidad cultural" del congreso. El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, en cambio, lo vio de modo distinto: "Ha habido un fallo de previsión muy considerable. Quiero destacar el espíritu y la categoría humana de Norman Foster, que dio la cara. Echo de menos, por parte de los nuestros, esta agilidad, esta capacidad de respuesta. Foster es un gran personaje, que si sigue así puede acabar siendo alcalde de Londres".Durante la tarde del jueves, llegaron como refuerzo 4.500 aparatos de traducción simultánea procedentes de la ciudad alemana de Colonia y, ya en la madrugada del viernes, tras el concierto de Bryan Adams, comenzó el montaje de todo el dispositivo en el Palau Sant Jordi. En este nuevo marco las sesiones se desarrollaron con tranquilidad.
En el momento de máxima expectación, durante la ponencia de Rafael Moneo, el Palau Sant Jordi estaba ocupado por unas 6.000 personas, muchas de las cuales tomaban aplicadamente apuntes de las explicaciones, con lo que se demostraba el giro conceptual que había tomado el congreso, que acabó convertido en una gran aula en la que era imposible el intercambio de opiniones.
La placidez con que se desarrollaba la jornada no impidió que algunos arquitectos y congresistas criticaran la decisión de trasladar los actos más multitudinarios al Palau Sant Jordi, ya que consideraban más interesante la idea inicial de expandir los debates por diferentes puntos de la ciudad.
Las quejas se hicieron oír también entre los expositores de la feria MIDA, en la que participaban las empresas que han patrocinado el congreso, que lamentaban el cambio de sede porque les había quitado público. Hoy tienen previsto reunirse con la organización del congreso para intentar encontrar contrapartidas económicas o de otro tipo -querrían más publicidad y prerrogativas en los actos del congreso- a sus quejas.
El congreso se acaba hoy con una jornada similar a la de ayer, en la que intervienen, entre otros, Jean Nouvel, Richard Rogers, Charles Correa y Ricardo Legorreta. Por la noche, se celebrará una fiesta de despedida en la playa de San Miguel.
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