_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El genoma

Juan José Millás

Al colocar uno de tus cromosomas bajo el tubo del microscopio se despliega ante el único ojo abierto en la cara como una llaga en la conciencia un mapa en el que puedes distinguir el gen de la fibrosis cística del de la depresión; el del sarcoma del de la esquizofrenia. No hay síndrome sin gen. Hasta esa tristeza de los domingos por la tarde procede de los jugos segregados por una vesícula infinitesimal localizada en las regiones más remotas del DNA. Tu existencia, en fin, se dirige hacia la artrosis o el Alzheimer a una velocidad de 12 meses/año, dejándose guiar por las indicaciones de una cartografia de la que es portador ignorante.Pero si los microscopios actuales fueran más capaces o las técnicas de análisis molecular estuvieran más desarrolladas, al asomarnos a un gen no sólo descubriríamos las proteínas del sarcoma, sino también el traje de franela con el que inauguramos la juventud, el pantalón largo de pana con el que recibimos a la adolescencia o el caballo de cartón del que sufrimos la primera caída. Y si, para aumentar sus contrastes, sumergiéramos ese gen en la solución química adecuada, probablemente se nos aparecería también nuestro primer pasillo con cada una de las puertas que entonces no alcanzábamos a abrir. Porque hay genes de un solo dormitorio, con cocina americana, y genes de tres o cuatro habitaciones con vistas, dos baños, aseo y cocina alicatada hasta el techo.

Cuando progrese la óptica molecular y seamos capaces de acercar la lente un poco más al material observado, descubriremos sin duda el gen de la lucha de clases, con su indumentaria de tergal y el del talento artístico, con sus harapos de gloria. Todos ellos, más las proteínas de las que se alimentan, son los responsables de la devastadora enfermedad llamada biografía.

Cuídate.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_