El conservante de alimentos español dado a conocer como un 'milagro' es similar a otros
El inventor del Conserver XXI afirma que es un producto nuevo
El conservante alimentario Conserver XXI, del español Alfonso de Sande, presentado en la prensa francesa como el invento del siglo, no es un producto innovador aunque sí eficaz, según los mismos expertos nacionales e internacionales que la empresa fabricante cita como avales. Hay en el mercado internacional al menos otro compuesto español con características muy similares, "si no iguales", afirman. Se trata de productos, surgidos en los años ochenta, que absorben los gases emitidos durante la maduración o la putrefacción por productos frescos, como flores, frutas, verduras y carnes. Su efecto es conservarlos durante más días, en combinación con el frío, en condiciones de consumo.
Alfonso de Sande insiste: "No existe en el mercado ningún producto similar", a pesar de que trabajó hasta 1993 en la empresa fabricante del citado producto español, según fuentes de esta empresa, y es copropietario de la patente.Además de una "capacidad de conservación única"' para frutas, verduras y flores, lo que De Sande destaca como "auténticamente novedoso en Conserver" es "una nueva formulación" que evita "cualquier tipo de podredumbre y deterioro de carne, pescado, mariscos y productos enzimáticos" como los espárragos. "Para esto no hay nada en el mercado", dice De Sande, pero Retarder, el otro producto, también se comercializa para estos alimentos y su efectividad ha sido probada por expertos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, consultados por este periódico.
De Sande sí reconoce que en este momento "todavía no estamos fabricando" el Conserver para carnes porque "la formulación química es distinta".
Conserver XXI está hecho de una sal llamada permanganato, arena de sepiolita (la misma que se usa en urinarios para gatos) y otras sales. El permanganato disuelve los volátiles que emiten los alimentos cuando maduran, y la sepiolita los absorbe. Es un principio diferente al de otros métodos más antiguos -como el de modificar la atmósfera del recinto de almacenamiento-, y su eficacia empezó a probarse a finales de los ochenta en el Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid.
Varios nombres
En este centro se han llegado a ensayar tres de estos compuestos, tan difíciles de diferenciar entre sí que los expertos describen al último, Conserver, como "un producto muy interesante desde el punto de vista científico, que ha pasado por varios nombres". Estos, investigadores desconocen la composición exacta de los tres productos y no han hecho ensayos comparativos; aseguran que los tres eran muy eficaces, sin ser milagrosos".En el prestigioso centro holandés de investigación agroalimentaria ATO DLO, el investigador Peter Sijmons coincide: "La idea base de Conserver es conocida desde hace una década. Puede que De Sande la haya mejorado, o puede que no. Nosotros sólo hemos hecho ensayos definitivos con flores con Conserver". Estos son algunos de los expertos citados por De Sande como vales del Conserver XXI.
De Sande insiste no obstante: "No partimos de ningún otro producto para crear Conservenantes éramos representantes de otro producto similar, entre comillas, pero cuando digo similar me refiero a los de atmósfera controlada, los de ozono..."
Conserver no ha encargado ensayos comparativos con ningún otro conservante hecho a base de sepiolita y permanganato. "No se puede comparar porque no hay con qué", recalca la ayudante de De Sande, Cristina Velasco.
Sin embargo, al menos uno de los productos probados por el Instituto del Frío, el Retarder, sí se comercializa en España y en el resto del mundo. Se da la circunstancia de que De Sande ocupó un cargo directivo en la empresa fabricante de Retarder, New Retarder World, hasta noviembre de 1993 -menos de un año antes de la creación de Conserver-, y que aún es copropietario de la patente de Retarder. Él afirma que estuvo investigando en el futuro Conserver durante cuatro años desde 1990, en su actual nave industrial de Arganda.
Eficacia
Sobre la eficacia de este tipo de productos parece no haber dudas. En los vegetales eliminan muy bien los gases emitidos naturalmente durante la maduración, y que tienen un efecto autocatalítico -cuanta más cantidad de estos gases hay en el aire, más madura el fruto y más gases se emiten- Con los productos cárnicos, según los expertos de Zaragoza que han ensayado Retarder, el principio de actuación también consiste en oxidar volátiles que emite la carne, pero sobre todo en que como consecuencia de esta reacción se producen pequeñas cantidades de dióxido de carbono que inhiben el desarrollo de microorganismos responsables de la putrefacción.En opinión de estos expertos, no es necesario modificar la composición química para vegetales y cárnicos, al contra rio de lo que afirma De Sande para Conserver.
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