_
_
_
_
LA LUCHA POR EL KREMLIN

El presidente votó en un sanatorio restringido para ocultar su estado de salud

El presidente ruso, Borís Yeltsin, engañó a todos: en lugar de votar ante un enjambre de cámaras y reporteros en el colegio electoral donde está inscrito, lo hizo a escondidas en los alrededores de Moscú. La operación para impedir que los periodistas vieran con sus propios ojos el estado de salud de Yeltsin fue cumplida a la perfección: como de costumbre, nos citaron junto a las murallas del Kremlin y luego nos llevaron al lugar en el que habitualmente vota el presidente, donde nos mantuvieron esperando hasta después que Yeltsin hubiera acudido a la urna en el sanatorio de Barvija.

Más información
Clinton: "Un triunfo para la democracia"

Cuatro autobuses debían llevarnos a la Escuela número 2.702 de la calle Otoñal, donde funciona el colegio electoral en el que están inscritos Yeltsin y otras importantes figuras de la política rusa. A las siete de la mañana, los autobuses ya se encontraban en la cuesta de San Basilio, junto a las murallas del Kremlin. Allí, el responsable de acreditación del servicio de mensa, VIadímir Yevguénenko, comprobaba en una lista confeccionada especialmente el nombre de cada periodista al que le entregaba un talón especial que le permitiría el acceso a la citada escuela. Cuarenta minutos después, la caravana se puso en marcha rumbo al límite oeste de la ciudad. La comedia continuó a la entrada de la escuela, donde había el habitual despliegue de agentes de seguridad: los periodistas tuvieron que mostrar las acreditaciones correspondientes y después pasar a otro autobús para ser cacheados. A esa hora, las ocho de la mañana, la comisión electoral local de Barvija, a unos 20 kilómetros al oeste de Moscú, donde el presidente tiene una residencia, ya sabía que Yeltsin votaría en el sanatorio.Después de revisados, los periodistas fueron llevados a una zona cercada para impedir que se abalanzaran sobre el presidente y los otros políticos que allí votan. Los primeros famosos en acudir fueron los generales caídos en desgracia, Alexandr Korzhakov, ex jefe del Servicio de Seguridad de Yeltsin, y Mijaíl Barsukov, ex director del Servicio Federal de Seguridad, acompañados del ministro de Deporte y entrenador de tenis del presidente, Shamil Tarpíshchev. Los tres se negaron a acercarse a los periodistas, pero uno de los ayudantes de Yeltsin fue preparando el ánimo: "Creo que el presidente no vendrá a votar aquí".

Con el primer ministro, Víktor Chernomirdin, apareció a las once y media Serguéi Medvédev, el portavoz de Yeltsin. Ellos dieron la noticia: "El presidente votó a las diez en Barvija. Calma, por favor. No hay motivos para el pánico". Chernomirdin aseguró que Yeltsin "tiene sus dedos en el pulso del país y está al tanto de todo lo que ocurre en Rusia y en el mundo". Su salud "es completamente normal", dijo, y Medvédev agregó: "Su ánimo es bueno y está seguro de su victoria". El portavoz informó que Yeltsin pensaba pasar el día "trabajando en documentos en su residencia, de Barvija" y que seguiría la votación "en una tranquila atmósfera familiar". Además, "paseará con sus nietos". "Está bien. Ya verán por televisión cómo votó".

Mal aspecto

La verdad, sin embargo, es que Yeltsin no tiene buen aspecto en las escenas a pie de urna filmadas en el sanatorio de Barvija, al que no se puede entrar sin un pase especial. Se nota que el presidente tiene dificultad al caminar -mostraron sólo cómo da tres pasos-, se le ve rígido en sus movimientos y con el brazo izquierdo algo pesado y torpe. "Vengan todos y voten absolutamente todos; no se olviden de su deber", dijo Yeltsin mirando directamente a la cámara y dirigiéndose a la población rusa.Yeltsin llegó en coche al sanatorio, adonde se envió una urna itinerante desde el Colegio Electoral número 1.755. Acompañaron al presidente su esposa, Náina, y su hija, Tatiana Diachenko, una de las personas responsable de la campaña electoral de Yelt sin Svetlana Smirnova, secretaría de la mesa, explicó a EL PAÍS que a las ocho de la mañana les informaron que el presidente votaría en el sanatorio. A las diez de la mañana, ella y otros tres miembros de la mesa llevaron allí la urna. No hubo observadores ni representantes de los candidatos, y el minuto y medio de grabación mostrado por televisión fue filmado sólo por el servicio de prensa del presidente. En Barvija hay cinco colegios electorales, pero Yeltsin prefirió ir al sanatorio porque en ese lugar de acceso restringido no corría el peligro de que su verdadero estado de salud trascendiera a través de las cámaras independientes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_