Ibarra: "Hay que renovar a los dirigentes, sean culpables o no"

El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aseguró ayer en Mérida que hace falta una renovación profunda en el PSOE a costa de todos los actuales dirigentes, "sean culpables o inocentes" de los casos de corrupción. Rodríguez Ibarra afirmó que los líderes del Partido Socialista "deben ser capaces de transmitir" a sus sucesores "lo bueno del partido", mientras la actual dirección de los socialistas "se come los errores cometidos".Reiteró que los nuevos dirigentes que vengan detrás van a ser herederos de los éxitos que se han logrado en 13 años de gobierno, pero que si los actuales siguen en sus cargos, "los nuevos seguirán siendo responsables".

Rodríguez Ibarra afirmó que no es necesario realizar un congreso extraordinario del PSOE después del verano para analizar la actual situación, sino en marzo de 1997 cuando se celebre el congreso ordinario, donde se decidirá "quiénes pueden continuar o tienen que marcharse".

"En el congreso de marzo", añadió, "es necesario quitar las impurezas, aunque paguen justos por pecadores, y nos tenemos que comer la porquería, aunque seamos inocentes, porque de ello depende el éxito de nuestros sucesores".

El presidente de la Junta de Extremadura dijo que si el PP está haciendo una buena labor en materia de terrorismo ha sido gracias a la anterior actuación de los socialistas.

Rodríguez Ibarra contestó ayer ambién al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, sobre el denominado hecho diferencial catalán. El presidente de la Junta de Extremadura pidió: "Que nos pongan en un papel por escrito, y a ser posible en catalán, cuáles son los hechos diferenciales de Cataluña, para que todos conozcamos su contenido, porque si las diferencias no producen alteraciones entre los ciudadanos españoles, yo se la reconozco".

Según Ibarra, la diferencia no da derecho a privilegio, y citó como ejemplo que los ciudadanos más diferentes que conoce son los gitanos, y no son los ciudadanos más privilegiados, sino los más marginados, añadiendo con ironía: "No veo diferencia entre un ciudadano catalán y otro del resto de España, y entre los señores Pujol y Aznar, ni en la estatura".