Tozudez política frente a la resistencia a cualquier precio
La política del sueco Carl Bildt, coordinador civil para la paz en Bosnia, ha podido más que la resistencia a cualquier precio de Radovan Karadzic a renunciar a la presidencia de la República Sprska (RS). Bildt ya lanzó un órdago en toda regla al líder de Pale el pasado mes de mayo cuando buscó el apoyo de sectores serbobosnios moderados.El bloqueo del desarrollo civil de los acuerdos de Dayton, frente al éxito del despliegue de las tropas de interposición dirigidas por la OTAN en Bosnia (Ifor), ha persistido hasta ahora a causa de la negativa de Karadzic a desaparecer de la escena política. Condenado al ostracismo por su inculpación como criminal de guerra, su reciente pretensión de formar parte de la candidatura electoral del Partido Democrático Serbio (hegemónico en la RS) sembró la inquietud en las cancillerías occidentales.
Pero otro proceso electoral, el estadounidense, ha servido indirectamente para despejar las últimas dudas sobre el líder de Pale. Los observadores europeos en Mostar aseguran que EE UU no está dispuesto a prolongar la presencia de sus 20.000 soldados en Bosnia más allá del límite de diciembre fijado en Dayton. Sin embargo, cualquier aplazamiento de las elecciones generales en Bosnia-Herzegovina impediría al presidente Bill Clinton cumplir la promesa de que sus tropas regresen a casa en la fecha prevista y pondrían en peligro el acuerdo de paz, logrado por la diplomacia norteamericana tras el fracaso europeo en la guerra de la antigua Yugoslavia.
La presión internacional sobre Belgrado, mediante la velada amenaza de la reimposición de las sanciones económicas contra Serbia y Montenegro, ha sido esta vez determinante para conseguir apartar a Karadzic, al menos nominalmente, del poder.
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