Cordura florentina
LA CRISIS de las vacas locas se ha resuelto finalmente con cordura en el Consejo Europeo de Florencia. Sin embargo, la actitud chantajista de John Major y la ocultación de datos científicos por parte de la Comisión Europea y de algunos Gobiernos hacen que la Unión Europea salga de este trance con una credibilidad menguada. No sólo han perdido los ganaderos, que han visto caer el mercado de carne vacuna en toda Europa, sino el propio proyecto de construcción europea. Al bloquear importantes decisiones europeas para presionar por una solución satisfactoria al bloqueo de las exportaciones de carne vacuna y sus derivados del Reino Unido, el Gobierno conservador de Londres ha puesto en entredicho -aunque haya sido durante unas semanas- el espíritu e incluso la letra del Tratado de Maastricht. Y ello cuando los Quince ya han iniciado las negociaciones para reformar este tratado con el supuesto propósito de avanzar en la construcción europea.Major se había puesto en una situación imposible. Ante la acumulación de datos científicos sobre la encefalopatía espongiforme bovina -con su posible relación con algunas muertes humanas por la llamada enfermedad de Creutzfeldt-Jakob-, ni la Comisión Europea ni los Estados miembros podían ceder. Menos aún bajo la presión del chantaje. Al unir su demanda de suavizar el embargo con un bloqueo institucional -muy británicamente llamado política dé no cooperación-, Major creía también recuperar popularidad y expectativas electorales en su propio país. No ha sido así. La única salida era que Major recuperara cordura política. En los últimos días había dado señales de ello. Y ayer, en Florencia, finalmente aceptó cejar en su empeño ante la unanimidad de sus socios. Naturalmente, presentó el acuerdo -que los euroescépticos de su partido examinarán con lupa- como una "gran victoria".
El plan aprobado supone que el levantamiento del embargo se hará paso a paso y siguiendo criterios científicos y veterinarios, sin un calendario fijado de antemano, corno debe ser. Al tiempo se aceptó un marco general para la erradicación de la enfermedad vacuna en el Reino Unido. También se examinarán caso por caso las demandas de terceros países que deseen comprar carne vacuna. británica o derivados.
Si el demonio se esconde en los detalles, la puesta en práctica de este acuerdo llevará, previsiblemente, a nuevos enfrentamientos. El acuerdo de ayer es, sin embargo, algo más que una tregua. Al menos permitirá a la UE proseguir con temas de importancia primordial que tiene sobre la mesa, como la lucha contra el desempleo, la moneda única, el combate contra la criminalidad organizada o la ineludible reforma institucional. Para sacarlos adelante era condición necesaria, aunque tal vez no suficiente, que la Unión Europea recuperara la cordura.
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