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Pepe Habichuela y Javier Noaín mezclan flamenco y escultura

La primera colaboración artística -mezcla de música flamenca, escultura y psicoanálisis- surgida de la fusión de los talentos del pintor y escultor Javier Noaín (Madrid, 195 1) y del guitarrista Pepe Habichuela (Granada, 1946) se expone estos días en la galería Margarita Summers de Madrid (Calle Villanueva, 7).

La muestra, que recoge la obra más reciente de Noaín (24 acrílicos sobre lona; siete esculturas inspiradas en las reflexiones del artista acerca de El Goce, de Jacques Lacan, y un libro que explica el proceso creativo de la obra), dedica un espacio singular a una de las instalaciones, que s¿ exhibe acompañada por un tema inédito del guitarrista granadino.

La idea partió, explica Noaín, de un amigo común, el pintor y gran aficionado flamenco José Alexanco. Reunido el trío junto a tres psicoanalistas lacanianos en el estudio de Noaín, y después de que Habichuela rechazara por razones obvias (es gitano) una obra que lleva colgada una bolsa de plasma sanguíneo, el grupo eligió, "por consenso", la instalación titulada La escribanía.

Entonces, Habichuela propuso que un tema de su próximo disco, las alegrías tituladas Esencia, fueran la compañía de la obra durante la muestra.

'Los bailaores cojos'

La escribanía, una escultura llena de color y coronada por unas filas de plumines y brochas, fue rebautizada por el humor del Habichuela como Los bailaores cojos: "Sólo tienen una pierna", explica, "pero cualquier día, con esa música que le hemos puesto, los pinceles salen bailando por el pasillo".

"No sé si lo que ha quedado se puede llamar arte o no", añade el guitarrista, "pero está basado en el cariño y es un recuerdo para toda la vida".

El nuevo CD del guitarrista, que se llamará, "probablemente", Habichuela en rama y acaba con un silencio discográfico de 12 años, saldrá a la calle en septiembre, producido por Nuevos Medios. Según el tocaor "el disco está basado en temas clásicos". Hay una siguiriya, una taranta, una bulería en la que participan varios miembros de la familia Habichuela -de ahí el título del disco-, una rondeña, unos tangos, unos tientos... Enrique Morente pondrá voz a uno de los temas.

Noaín, por su parte, considera "un honor haber contado con una guitarra tan sublime y golfa como la del Habichuela", y explica que, "a día de hoy", aún compagina la pintura con el póquer profesional: "De esto, es difícil comer". Añade que recurre a menudo a su pasión por el naipe para enriquecer su arte: "La influencia va desde la figuración matemática y lineal de ese juego diabólico", dice, "hasta algún título, del tipo Cuando no se gana lo más fácil es perder".

De hecho, el libro, que ha sido realizado artesanalmente por el mismo Noaín para dar cuenta del "rechazo de instituciones y críticos" a las esculturas que hoy integran la muestra, está dedicado a su maestro de póquer, un abogado al que sonrieron "los reyes y la administración".

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