Bosnia y Ruanda dan una 'bofetada' de realismo a la cumbre de Estambul
La declaración final se compromete a frenar el éxodo rural
Bosnia-Herzegovina, Ruanda, Burundi, Chad, Zaire y Yemen, irrumpieron ayer en la Cumbre del Hábitat de Estambul con una bofetada de realidad, dejando, con los dramáticos panoramas de sus realidades, convertidas en pecata minuta las batallas de las delegaciones por poner o quitar comas o adjetivos al texto final de la Declaración de Estambul, que quedó ayer prácticamente rematada. En el texto, que asumirán los jefes de Estado, hay un compromiso para reforzar el poder de los alcaldes y frenar la migración del campo a la ciudad.
"Casi 500 aldeas totalmente arrasadas; 57 ciudades ocupadas o asediadas; 200.000 muertos, de los cuales 17.000 eran niños; más de 240.000 heridos, de los que 53.000 son niños; 1,2 millones de refugiados en un centenar de países; 674.000 desplazados dentro del país". Tras las cifras de la guerra en Bosnia-Herzegovina, la ministra de Planificación Territorial de este país, Amra Hadzimuhamedove, lanzó un reproche a las grandes reuniones de la ONU: "¿Quién iba a imaginar que esto sucedería 20 años después de Vancouver [ciudad donde se celebró Hábitat I en 1976], y en el centro de Europa?". Bosnia-Herzegovina puede representar muy bien lo poco que valen las meras declaraciones. La reconstrucción del país puede ser una oportunidad para poner en práctica los principios de Hábitat II.El ministro de Obras Públicas y Energía de Ruanda, Charles Ntaqirutinqa, llevó también la realidad de la guerra y el hambre al flamante auditorio que reúne en Estambul a delegaciones de 140 países: "La matanza de más de un millón de personas supuso un cataclismo sin precedentes que dejó el país devastado".
Al dar las cifras de las condiciones de las viviendas de Kigali, uno puede imaginar cómo vivirá el resto de ruandeses: "En Kigali sólo el 36% de las viviendas cuenta con abastecimiento de agua potable, el 57% con electricidad, el 6% con teléfono y el 30% con servicio de recogida de basuras". Y añadió el problema de los refugiados: "Han regresado dos millones y queda todavía otro millón en campos de Zaire y Tanzania. No tenemos recursos para dar una vivienda a todos. La comunidad internacional debe ayudarnos. Donde no hay paz es imposible que haya desarrollo sostenible".
Y el ministro de Obras Públicas y Urbanismo de Zaire, Alexis Thambwe Mwamba, se refirió también al problema de los refugiados con dureza: "Hemos sido invadidos por dos millones de refugiados de otros países, que han asolado nuestra flora y fauna y desorganizado nuestra sociedad. Somos víctimas de guerras fraticidas ajenas... La comunidad internacional debe ayudarnos a reconstruir nuestro país".
Mientras, en el Foro de ONG se recordaba que sin las agallas de los ciudadanos Sarajevo, Berlín y Beirut no se habrían convertido en símbolos del valor humano. Y una pequeña manifestación de la ONG Coalición por el Derecho a la Vivienda y a la Tierra Ahora destacaba que pueblos enteros han sido despojados de sus tierras: "Los indígena de Brasil, el Tíbet, los kurdos". Resaltaban el "ahora", para enfrentarlo al "de forma progresiva" que aparece en la Declaración de Estambul.
Una referencia a la responsabilidad, transparencia y correcta contabilidad en los ayuntamientos levantó suspicacias, pues muchos países se lo tomaron como una reprimenda frente a los casos de corrupción.
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