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Irak dice que la cumbre árabe está al servicio de Israel

Viejos sentimientos de recelo y rencor interárabe comienzan a aflorar a 10 días de la celebra ción de la primera cumbre de El Cairo, que busca formar un frente unido ante la inminente llegada al poder en Israel de la derecha intransigente. Insultado por su exclusión, Irak dijo ayer a través de la prensa oficial, que la cita "de los nuevos sabios árabes sólo busca complacer a Estados Unidos, Arabia Saudí, los emiratos del Golfo y, finalmente, a Israel".Sadam Husein no ha sido invitado a petición expresa de Kuwait y sus poderosos aliados en la zona. Egipto no se ha brindado a mediar en el asunto en aras de la unidad árabe y quizás no sólo para no irritar a los multimillonarios socios de la Liga Árabe. El Gobierno de Hosni Mubarak teme que los iraquíes vuelvan a protagonizar hechos tan bochornosos como los realizados en la cumbre de 1990, convocada días después de que Irak invadiera Kuwait el 2 de agosto de 1990, como la famosa pelea en la que los delegados iraquíes acabaron arrojando comida a los kuwaitíes en el banquete inaugural de la reunión.

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Por otra parte, la diplomacia egipcia trataba ayer de impedir que el supuesto resentimiento del rey de Marruecos le lleve a quedarse al margen de la reunión. Según el diario panárabe Asharq al Ausat, Hassan II piensa enviar a un ministro porque está molesto. "No se le ha consultado acerca de la sede y las fechas" de la cita, prevista entre el 21 y el 23 de este mes, afirma esa versión. De los 22 miembros de la Liga Árabe se prevé la participación de Argelia, Bahrein, Comoras, Yibuti, Egipto, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán., Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, Siria, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.

El ministro egipcio de Exteriores, Amer Musa, tratando de no iniciar un debate público con Israel, dijo ayer que la cumbre debe adoptar "un enfoque positivo". "No somos partidarios de asumir una actitud negativa, a menos de que nos encontremos frente a una actitud negativa. Todos deseamos que el proceso de paz continúe", declaró. El tono de Siria, la fuerza principal detrás de la promoción de la cumbre, fue más drástico. El primer ministro electo israelí, Benjamín Netanyahu, indicaba la prensa oficial, está adoptando "un programa de guerra y expansión" que elimina toda posibilidad de relaciones árabes con Israel.

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