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La experiencia del Centro Integrado de El Escorial

Las conclusiones del doctor Gardiner son compartidas por Juan Crespo Martínez, un estudioso de la pedagogía de la música y director del Centro Integrado de Música de la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial. "El ejercicio mental que exige la educación musical y el aprendizaje de un instrumento facilita el desarrollo de otras materias y, en especial, el de las matemáticas", asegura Crespo. El escurialense es uno de los pocos centros en los que es posible simultanear la enseñanza obligatoria y la musical.El Centro consta dedos cursos: tercero (con 12 alumnos) y cuarto (con 15) de primaria. "Los alumnos del curso integrado de música me han sorprendido en los exámenes de matemáticas. Tienen un aprendizaje más rápido del normal en todas las materias, pero especialmente en matemáticas, donde la nota media de la clase es de notable alto, próxima al sobresaliente, que está muy por encima de la de los centros convencionales", afirma Victoria García, profesora. generalista del tercer curso. Crespo añade: "La tesis de Gardiner, según hemos podido comprobar por nuestra propia experiencia, es absolutamente cierta".

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Los alumnos tienen una hora lectiva más por día. La semana se compone de 24 horas del currículo obligatorio, dos de lenguaje musical, una de coro, otra de instrumento individual, otra de música de conjunto y media hora de piano.

A la pregunta "¿Os cuesta mucho combinar las dos enseñanzas?", los alumnos responden con un grito unánime: "¡No!". Pablo, de ocho años, que toca el fagot, comenta: "A, principio de curso sacaba notas un poco regulines en matemáticas, porque no me gustaban; ahora saco notables y hasta sobresalientes, "porque ya las entiendo y me divierten".

Simbiosis

Para Crespo, la simbiosis entre música y matemáticas ya estaba en el medieval trivium (gramática, retórica y lógica) y quadrivium (aritmética, música, geometría y astronomía): "Ya entonces se intuía que el ejercicio mental al que obliga el aprendizaje musical ayuda al desarrollo del resto de las materias y, en concreto, al de las matemáticas", explica.Otro pedagogo, Juan W. Krakenberger, profesor de violín y viola, coincide "plenarnente" con Gardiner y apunta a la necesidad imperiosa de que en nuestro país, que él siente como suyo, la "educación musical forme parte, de una vez por todas, de una verdadera educación integral". "Aprender música, como aprender un idioma, es aprender una destreza", dice Krakenberger. "El énfasis de la educación actual en la mera adquisición de conocimientos, relegando las destrezas a un segundo plano es un error. La integración en el programa general de una sistemática y buena educación musical, con predominio de lo práctico sobre lo teórico, contribuye a una educación más completa.

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