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La Comisión da marcha atrás y acepta que el déficit público español en 1995 fue del 5,8%

Xavier Vidal-Folch

La Comisión Europea dio marcha atrás y aceptó ayer que la cifra correcta del déficit presupuestario público español durante 1995 fue del 5,8% del PIB, y no del 6,2%, como sostuvo hace dos semanas. Con este reconocimiento, que el vicepresidente eco ómico del Gobierno, Rodrigo Rato, se propone hacer público el lunes, durante su primer Ecofín (Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea), queda perfectamente garantizada para España la recepción de las subvenciones del Fondo de Cohesión comunitario, 193.000 millones de pesetas para este año.

Una intensa y discreta negociación entre una delegación del Ministerio de Economía y Hacienda con altos funcionarios de la Dirección General II de la Comisión -que depende del responsable de Asuntos Monetarios, el francés Yves-Thibault de Silguy- zanjó ayer en Bruselas este contencioso. Hasta el último minuto los técnicos de De Silguy se esforzaron para que su marcha atrás fuera lo menos vistosa posible: trataron de que el Gobierno aceptase una cifra intermedia entre el 5,8% y el 6,2%, aunque fuese el 5,9%.Pero los delegados del vicepresidente Rato se cerraron en banda. Sostuvieron que el 5,8% era la cifra oficial, y que había sido correctamente establecida según el Sistema Europeo de Contabilidad (SEC), que utiliza el criterio de devengo -y no el de caja- para calcular el déficit presupuestario, según se estableció desde 1994 para homologar los distintos sistemas contables de los Quince, de cara a calcular los avances en la convergencia para la moneda única.

"El esfuerzo combinado del antiguo equipo de Solbes, que se ha volcado, y el de Rato, que ha entendido rápidamente el dilema, han deshecho el entuerto", dijeron a este periódico fuentes del ejecutivo comunitario. La DG-II se comprometió ayer a corregir inmediatamente el texto de su reciente informe, y así lo asumió su comisario.

Este reconocimiento tiene un inmediato efecto interno en España: desbarata los razonamientos de algunos medios que han tratado de multiplicar el déficit público español -para presentar como gravosa la herencia de González-, escudándose en el presunto acierto del ejecutivo comunitario al aceptar como buena la cifra del 6,2%, sin percatarse de que dicha pretensión al que inmediatamente perjudicaba era al nuevo Gobierno, que hizo de la convergencia, desde la investidura, su primer norte económico. De forma más tangible, supone la total garantía de que España recibirá este año la totalidad de los recursos que le corresponden en el Fondo de Cohesión. Para este ejercicio ascienden a 193.000 millones de pesetas.

Es cierto que De Silguy -tras una batalla interna entablada por los comisarios españoles, Manuel Marín y Marcelino Oreja- ya había aceptado incluir en las actas de la Comisión el compromiso de que el eventual desliz hasta el 6,2% no supondría la pérdida de dichos recursos para España. Pero siempre cabía la posibilidad de que algún Estado miembro removiese el asunto en alguna reunión del Ecofin. Ahora, esa eventualidad queda completamente abortada. El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, se dispone a anunciar públicamente la buena nueva el próximo lunes, en Luxemburgo, con ocasión de la primera reunión del Ecofin a la que asiste.

Con el acuerdo alcanzado ayer se salda la batalla entablada entre España -y los comisarios españoles- con el responsable de Asuntos Monetarios hace quince días (ver EL PAIS del 14 y 15 de mayo).

Devengo y caja

En realidad dicha pugna no fue originada por el comisario francés, sino por una grave torpeza cometida en el Ministerio de Economía y Hacienda español precisamente durante las semanas del traspaso de poderes. El departamento envió a Bruselas -de cara a la confección del informe de primavera- dos cifras de déficit contradictorias: el 5,8% que resultaba del cálculo por el sistema de devengo; y el 6,16% (luego redondeado por Bruselas al 6,2%) al que se llegaba por el antiguo sistema mixto, de devengo y de caja (éste último para la Seguridad Social). Pero el 5,8% figuraba solamente en una nota a pie de página y no. en los cuadros oficiales, a resultas de que se dilucidasen las discrepancias técnicas.La diferencia entre las dos cifras se debe a que el sistema de devengo -que computa ingresos y gastos no cuando se ejecutan, sino cuando se causa el derecho a obtenerlos o la obligación de ejecutarlos ofrece una cifra más alta que el de caja (que registra las entra das y salidas en el momento de producirse físicamente), por que, en el caso español, algunos ingresos previstos de la Seguridad Social no llegaron a plasmarse, a causa de distintos motivos relacionados con la crisis económica.

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